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Alberto Román Vílchez
Miércoles, 11 de mayo 2016, 15:33
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Robles recordó al respecto que la Junta contrató la obra y que la empresa tenía la obligación de limpiar toda la suciedad generada por la misma. Y dijo que todo habría ido mejor si la intervención hubiera acabado antes. «La función de la delegada es exigir a la empresa que acabe la obra en tiempo y forma y que cumpla con su obligación, en lugar de hacer el 'paripé' limpiando unas cuantas mesas y sillas», añadió, a la vez que destacó que, no obstante, el Consistorio envió dos limpiadoras que posteriormente fueron reforzadas con cuatro más.
«Lo que quiere la delegada es que el Ayuntamiento asuma las carencias en educación que son de su responsabilidad», enfatizó. Con ello denunció que en el colegio de la Trinidad la Junta ha venido «vendiendo a bombo y platillo» una serie de reformas, cuando el Consistorio ha tenido que adaptar los huecos para colocar las nuevas ventanas ya que hubo un error en las medidas.
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