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Juan José Gordillo y Joaquín Sabina.
Opinión

En tiempos de Joaquín Sabina

Por esta ciudad a la que quiere, Sabina ha paseado en días de diario, tal vez menos en fiestas de guardar, gritando en su plaza, en la de al lado, «¡esta es la ciudad más bonita del mundo, eh, primo!»

Juan José Gordillo

Viernes, 29 de julio 2016, 11:49

Cuando en los años setenta, en la ciudad de Londres, la de su autoexilio, Sabina encontraba un sitio para cantar lo hacía con un repertorio ... de canciones sudamericanas, que eran entonces las que mejor narraban las críticas sociales y políticas a una realidad política injusta, a un orden económico cruel con la gran mayoría. Sabina, era entonces Sabina, distinto, alejado y cercano al que hoy ya es Joaquín Sabina. Acudía a las canciones de otros en aquel Londres solidario para decir lo que aún él ignoraba que podría decir años más tarde. Su canción bandera, la que le servía para presentarse antes de pasar el plato por lo que ustedes quieran, la voluntad, era 'La mala reputación', de su adorado Brassens. En efecto, los primeros versos «en mi pueblo sin pretensión / tengo mala reputación / haga lo que haga es igual / todos lo consideran mal» no eran una mala tarjeta de presentación.

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