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Miguel Alameda recogiendo el Premio Plaza Vieja en nombre del gremio de alfareros.
Fallece el alfarero ubetense Miguel Alameda Quesada

Fallece el alfarero ubetense Miguel Alameda Quesada

Dedicó su vida al oficio, también desde la docencia en la Escuela de Artes y Oficios de la localidad

Alberto Román

Jueves, 3 de noviembre 2016, 16:07

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Úbeda ha perdido a uno de sus maestros alfareros, Miguel Alameda Quesada, quien falleció ayer miércoles a la edad de 80 años. Esta tarde de jueves ha tenido lugar su funeral de entierro en presencia de familiares, amigos y compañeros del sector de la artesanía, quienes han dado un último adiós a quien tanto hizo por el oficio, también desde la docencia en la Escuela de Artes y Oficios de la localidad.

Integrante de una larga estirpe de artesanos del barro que ya va por la octava generación, dedicó toda su vida a la cerámica. Un oficio que, junto a su hermano Pedro, logró aprender de su padre, José Alameda Jiménez, quien a su vez recibió los conocimientos de su progenitor y maestro. Y así sucesivamente, como es habitual entre los grandes apellidos de la artesanía local, hasta remontarnos más de ciento sesenta años atrás, cuando la familia Alameda ya daba forma y uso al barro.

Como uno de los responsables del mantenimiento de la firma Cerámica Alameda, trabajó mano a mano con su padre y su hermano en el taller familiar. Éste estuvo en diferentes emplazamientos, como la tradicionalmente alfarera calle Valencia, hasta que desembocó en su actual ubicación en el camino del cementerio, donde ahora continúan sus hijos garantizando la pervivencia de una de las familias de artesanos más antiguas de Úbeda.

Miguel Alameda vivió en primera persona la evolución de la alfarería, que con el tiempo pasó de ser popular y cotidiana con la elaboración de objetos de uso doméstico y elementos constructivos, a ser considerada un arte centrado en el modelado de piezas exclusivas hechas a mano con un fin más decorativo. Su buen trabajo y el de su hermano hicieron que fueran merecedores de la medalla de oro en la XXXV Feria Internacional de Artesanía de Munich.

Miguel supo ganarse el respeto del gremio. Sus compañeros aseguran que era un «genio» capaz de hacer todo lo que se proponía. Destacan igualmente que en el sector de la cerámica «hizo cosas que nadie había hecho antes». Recuerdan su maestría en la técnica de la cuerda seca y en la utilización de reflejos metálicos en los esmaltes. Y como buen maestro compartió sus conocimientos, no sólo entre su descendencia, sino también como profesor durante años en la Escuela de Artes y Oficios de Úbeda.

No era amigo de protagonismos, aunque en enero de 2012 le tocó serlo durante la entrega de premios del colectivo Plaza Vieja, que reconoció al gremio de alfareros de Úbeda por recuperar y mantener una rica tradición de siglos. Como representante de mayor edad del oficio, Miguel Alameda recogió el galardón en nombre de sus compañeros. Descanse en paz.

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