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Melchor Madrid, en el centro, durante la presentación de su libro.
Un ensayo novelado defiende que los restos de Vandelvira están en Úbeda y no en Jaén

Un ensayo novelado defiende que los restos de Vandelvira están en Úbeda y no en Jaén

El arquitecto ubetense Melchor Madrid Pinilla expone todo lo que ha descubierto al respecto en el libro 'Somnivm Iacob de Alonso de Vandelvira'

Alberto Román

Domingo, 13 de noviembre 2016, 12:18

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¿Y si los restos de Andrés de Vandelvira no estuvieran en la Basílica de San Ildefonso de Jaén, como se cree, y se encontrasen en una cripta secreta situada en uno de los edificios que el insigne arquitecto construyó en Úbeda? En torno a esta pregunta gira el contenido del libro 'Somnivm Iacob de Alonso de Vandelvira', del que es autor el arquitecto ubetense afincado en Sevilla, Melchor Madrid Pinilla. Un trabajo cuya presentación tuvo lugar en la tarde del pasado viernes en el auditorio del centro cultural Hospital de Santiago.

El volumen es el fruto de más de quince años de investigación de su autor. La inició pensando en una tesis doctoral, pero a la vista de los sorprendentes descubrimientos realizados, y habiendo cosas que decir que no cabían dentro del rígido corsé académico, aquel embrión de tesis se convirtió finalmente en una novela histórica.

Un ensayo novelado, más bien, sobre la vida y la obra de Vandelvira, cuya narración parte de un viaje que su hijo y su nieto, Alonso y Juan, el primero también arquitecto y el segundo aprendiz del oficio, realizan a la provincia de Jaén en 1595 para seguir las huellas de su padre y abuelo, respectivamente, veinte años después de su muerte. Y es que, un agonizante Alonso Barba, el arquitecto que continuó las obras de la Catedral de Jaén, les cuenta que el cuerpo de Vandelvira no está en San Ildefonso, donde fue enterrado, sino que en vida lo dejó todo dispuesto para que su cadáver fuera trasladado en secreto a Úbeda y allí fuera depositado en un panteón, también secreto, que habría previsto dentro de uno de los muchos edificios que diseñó y construyó en la ciudad de los cerros.

Así, inician la apasionante búsqueda de un 'tesoro', dedicando una semana a conversar con personas que conocieron a Andrés de Vandelvira y a ir descubriendo poco a poco las pistas diseminadas por el propio arquitecto en sus edificios. Sin embargo, pronto surgen diferencias de criterio entre padre e hijo sobre cómo progresar en la investigación, llegando incluso a ocultarse mutuamente algunos de sus descubrimientos.

El libro, coeditado por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Jaén y el Colegio Oficial de Arquitectos de Jaén, y que cuenta con una introducción de Pedro A. Galera Andreu, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Jaén, va acompañado por una carpeta con una selección de los mejores dibujos de Alonso y Juan en láminas sueltas de gran calidad.

Melchor Madrid dice disponer de suficientes pruebas para creer fehacientemente que los restos Vandelvira no están en Jaén sino en Úbeda. Todas ellas las expone en este libro, hiladas en torno a una historia real, adornada de recursos que la llevan al terreno de la novela histórica. El autor asegura que su intención con este trabajo es que todo el mundo conozca lo que ha descubierto. Aunque, claro está, responder a la pregunta inicial precisaría de una serie de estudios arqueológicos y análisis científicos hoy por hoy complicados.

El autor

Melchor Madrid Pinilla, (Úbeda, 1965) es arquitecto técnico por la Universidad de Granada y arquitecto por la de Sevilla. Especializado en patología de edificación y rehabilitación de edificios, ejerce su trabajo por toda Andalucía, con incursiones en Extremadura y Castilla la Mancha, desde su estudio ubicado en la capital hispalense.

Presume de singulares coincidencias vitales con el autor del manuscrito, Alonso de Vandelvira. Ambos son ubetenses descendientes de castellano-manchegos por las dos ramas familiares; ambos han participado del hecho constructivo desde abajo, como peones en las obras familiares, y más tarde fueron primero aparejadores y luego arquitectos; ambos fueron a estudiar a Sevilla y posteriormente fijaron allí su residencia; ambos han trabajado profusamente en la provincia de Cádiz, y quién sabe, Melchor aún podría terminar sus días residiendo en esta bella provincia andaluza.

Imbuido desde su niñez en el ambiente artístico ubetense, donde el buen arte renacentista impregna cada pequeño rincón de su casco urbano, no podía de otro modo que tener como pasión la historia del arte, más concretamente la historia del arte renacentista y en particular la figura insigne del arquitecto Andrés de Vandelvira.

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