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Un brindis con vino de Montilla durante el hermanamiento.
Hermanamiento de las cofradías de la Soledad y la Humildad de Úbeda y la Centuria Romana Munda de Montilla

Hermanamiento de las cofradías de la Soledad y la Humildad de Úbeda y la Centuria Romana Munda de Montilla

La jornada de convivencia incluyó la elaboración de una paella gigante para 600 personas

Alberto Román

Lunes, 29 de mayo 2017, 17:04

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La plaza Primero de Mayo de Úbeda fue el escenario elegido para oficializar el hermanamiento entre las cofradías ubetenses de la Soledad y la Humildad, y la Centuria Romana Munda de Montilla (Córdoba). Una cita que se materializó con un sencillo acto y una jornada de convivencia durante la que se elaboró una paella gigante para 600 personas.

Además se quiso dar un toque solidario a la iniciativa y todo lo recaudado se destinará a que los niños de estas hermandades, cuyas familias anden escasas de recursos, puedan disfrutar de un campamento de verano o de los campamentos urbanos que anualmente se desarrollan en los meses estivales. Para ello también se contó con la colaboración de diferentes casas comerciales que donaron parte del género utilizado en la paella.

Con este hermanamiento se pretendió atar definitivamente los lazos que ya de por sí unen a las dos cofradías ubetenses, que, entre otras muchas cosas, comparten parroquia y autor de sus titulares (Amadeo Ruiz Olmos), y a la guarnición de Munda de Montilla, con la que existe una gran amistad gracias a la Centuria Romana IX Hispana de la Humildad de Úbeda.

Durante el acto, conducido por Pedro Mariano Herrador, interpretaron algunos de sus toques los romanos ubetenses y los trompeteros de la Soledad, e intervinieron los representantes de los tres colectivos protagonistas, quienes además recibieron el pergamino acreditativo del hermanamiento e intercambiaron diferentes obsequios e insignias. También participó el presidente de la Unión de Cofradías, Felipe Torres Villalba, y el concejal José Carlos Gómez Poisón en representación del Ayuntamiento.

Previamente hubo una visita a las casas de hermandad de la Soledad y la Humildad, así como a la iglesia de San Pablo, parroquia de ambas. La convivencia, en la que no faltó el clásico vino de Montilla, se alargó hasta bien entrada la tarde en muy buen ambiente de camaradería.

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