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Alberto Román
Úbeda
Viernes, 4 de enero 2019, 19:36
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Algunas de las extraordinarias maquetas realizadas artesanalmente en piedra natural por el ubetense Antonio López García-Gasco despidieron el año en Murcia, donde fueron expuestas del 14 de diciembre de 2018 al 2 de enero de 2019 en el Centro de Artesanía de la citada ciudad. Una muestra auspiciada por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y presentada bajo el título 'Monumentos de España', en la que se pudieron ver miniaturas de edificios emblemáticos, entre ellos algunos de Úbeda.
Antonio López García-Gasco es experto en reproducir a escala, piedra a piedra, todo tipo de iglesias, casas antiguas y monumentos, reduciendo su tamaño pero engrandeciendo su belleza a base de reflejar hasta el más mínimo detalle, lo cual deja patente su maestría y paciencia.
La idea de exponer en tierras murcianas durante las fiestas navideñas surgió debido a los grandes amigos que el ubetense y su familia tienen en esa ciudad y por la existencia del Centro de Artesanía de Murcia. Y coincidió con la culminación de la última obra de López García-Gasco, el Palacio de las Cadenas de Úbeda, que reproduce fielmente el emblemático edificio en el que se encuentra actualmente el Ayuntamiento ubetense, que es uno de los principales monumentos de la plaza Vázquez de Molina, buque insignia de la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad.
La maqueta es una copia fiel del inmueble original. Destacan los detalles de su fachada principal, con sus atlantes y cariátides, e incluye hasta una parte de la plaza delantera, con sus farolas artísticas dotadas de luz, el enchinado formando mosaicos y los dos leones que la custodian. En el balcón principal incluso ondean las cuatro banderas habituales (Úbeda, Andalucía, España y Europa).
También como homenaje a su Úbeda natal mostró un Hospital de Santiago en miniatura, obra que deja asombrado a todo el que la ve. Roza la perfección. Incluso en lo referente a los elementos de la fachada y de los distintos patios interiores. Hasta las puertas se abren y cierran, incluidas las del auditorio. Y gracias a un enjambre de cables y conducciones que quedan ocultas dispone hasta de iluminación en farolas y lámparas y las distintas fuentes tienen agua corriente. Los jardines del patio trasero también son calcados, con su vegetación, barandas, fuentes, farolas y bancos.
La única excepción que diferencia la maqueta del edificio es el aspecto de la torre izquierda, que en la miniatura se muestra como antiguamente, similar a la derecha, tal y como estaba antes de ser coronada por una cúpula de azulejos multicolor.
A los dos monumentos ubetenses añadió otros trabajos más pequeños, como las iglesias del románico palentino San Martín de Frómista, en el Camino de Santiago, y la que fuera colegiata de San Salvador de Cantamuda, entre Cervera de Pisuerga y Potes, así como St. Feliu de Vilac en el Valle de Arán y el Castillo de Almansa en Albacete.
Para ver terminados estos trabajos fueron necesarias más de 4.000 horas de la vida de Antonio López, tornero fresador y ajustador ya jubilado. Su afición por las maquetas comenzó tras una convalecencia y sus primeras obras a escala fueron dos casitas, de campo y de alta montaña, que le ayudaron a recuperarse durante su postoperatorio. Después fue atreviéndose con proyectos más complejos hasta desembocar en sus grandes joyas, el Hospital de Santiago y el Palacio de las Cadenas.
Todo ello ha precisado un estudio minucioso de cada edificio a reproducir, para conseguir maquetas tan realistas. Respecto a los materiales y elementos, salvo los básicos consistentes en pequeñas piedras y tejas, él mismo los crea con grandes dosis de imaginación para que sean idénticos a los originales.
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