De esta forma, Santa María queda desvinculada de la parroquia de San Pablo, funcionando de una forma independiente. Para tomar esta decisión, desde el Obispado se ha tenido en cuenta la singularidad histórica y artística del templo que, además, es sede habitual de la Virgen de Guadalupe, Patrona de Úbeda, y de un buen número de titulares de cofradías. Asimismo ha influido la constante demanda para su visita turística y la conveniencia de instalar un museo propio para custodia y exposición de sus obras más relevantes.
De esta forma, según el decreto dictado, se recomienda al rector o sacerdotes delegados por él, la celebración diaria de la eucaristía y de otras funciones litúrgicas relacionadas con la Patrona o con las hermandades que tienen allí su sede. Asimismo, podrán también celebrarse matrimonios, inscribiéndose los mismos en el archivo parroquial de San Pablo. Finalmente, se solicita que se vele especialmente por la conservación y decoro de los objetos sagrados y edificios, por la atención turística «y para que nada desdiga de la santidad al lugar y respeto a la casa de Dios».
En otro orden de asuntos, junto a la designación del rector de Santa María, el obispo firmó recientemente varios nombramientos que afectan a la ciudad ubetense. Concretamente, Pedro Ruiz Calvente ha sido nombrado capellán del hospital San Juan de la Cruz y Fernando Bravo Miralles ha sido designado adscrito a las parroquias de San Nicolás de Bari y Santo Tomás Apóstol.