Alberto Román Vílchez
Miércoles, 11 de mayo 2016, 15:49
Con ello, muchos cofrades pudieron quitarse la espinita que tenían clavada desde el año anterior en el que sólo una hermandad de las de esta jornada pudo completar su recorrido. Así, hasta bien entrada la noche, el día transcurrió de la forma habitual: regueros de gente en las calles, bares, restaurantes y cafeterías a reventar, recorridos procesionales seguidos por miles de personas... un Jueves Santo en toda regla, de no ser por su última hora.
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Mañana
A las once y media de la mañana hacía su salida desde la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares la cofradía de Nuestro Señor de la Oración en el Huerto y Nuestra Señora de la Esperanza, estrenando gloria del palio de su titular mariana, obra del pintor ubetense Manuel García Villacañas.
Numerosos hermanos formaron el desfile, incluyendo muchas mujeres vestidas de mantilla. Y realizaron su recorrido previsto con total normalidad, aunque sin recrearse demasiado por si la lluvia hacía acto de presencia.
Al final, aunque el cielo estuvo nublado casi toda la mañana, la cofradía se libró del agua y cumplió puntualmente con sus horarios, pues justo a las dos y media de la tarde se estaba encerrando en el mismo templo desde el que partió, donde los titulares quedaron a la espera de volver a salir esta noche en la Procesión General acompañando al Santo Entierro.
Tarde
A las cinco y media de la tarde le tocó el turno a la cofradía de Nuestro Señor en la Columna y María Santísima de la Caridad, que volvió a congregar a una multitud de ubetenses y visitantes en el claro de San Isidoro para contemplar su salida.
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Había ganas, pues el año pasado las ilusiones de tantas personas, cofrades o no, acabaron pasadas por agua. Así, la emoción se multiplicó cuando se abrieron las puertas y, de entre una gran humareda de incienso, surgió la cruz de guía, la más antigua de cuantas procesionan.
Poco después aparecía el Cristo de la Columna, la primera imagen de Francisco Palma Burgos que llegó a Úbeda. Es llevado sobre el hombro por 120 portadores, quienes deben seguir muy atentos las indicaciones del capataz para iniciar el recorrido, todas ellas ajustadas al milímetro debido a las estrecheces que se dan en las calles que circundan el templo. Siguió la Virgen de la Caridad con novedades en su palio, el cual continua confeccionándose.
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Media hora más tarde hacía lo propio la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Nuestra Señora de la Fe, en este caso partiendo desde la iglesia San Pablo, algo que no pudo hacer en 2011 debido a la lluvia. Su impresionante banda de soldados romanos abrió el desfile. Es uno de los mayores atractivos de la hermandad junto a los pretorianos que custodian el trono del 'ecce homo', en todos los casos con unas vestimentas que reproducen fielmente los uniformes de la época. Sus toques de tambores y trompetas también son muy característicos, diferentes a los del resto de bandas. Respecto al trono de la Virgen, es portado por 28 personas. Esta cofradía celebrará en 2013 su primer centenario.
Noche y agua
En la recta final del Jueves Santo, a las diez de la noche y comenzando desde la iglesia de San Miguel de los padres Carmelitas Descalzos, hizo su salida la cofradía carmelitana de silencio del Cristo de la Buena Muerte, anunciando la crucifixión de Jesucristo por las calles del centro histórico en su habitual ambiente de reflexión, recogimiento y austeridad. Muy característico de esta hermandad es que la imagen va llevada a hombros, sin trono ni andas, por dos escuadras de cuatro cofrades. Y también destaca su banda compuesta por timbales. Debido a la lluvia tuvo que acortar su itinerario y encerrarse una hora antes de lo previsto, protegiendo previamente la talla del Cristo.
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Quedaba una cita más, la de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor en Su Sentencia y María Santísima de las Penas que, al adelantar su salida procesional, ha pasado a ser la última del Jueves Santo, y no la primera del Viernes Santo como era habitual.
Este cambió se debió a que, por fin, iba a procesionar a su titular mariana, pero la llegada de una tormenta impidió que este sueño se hiciera realidad. Habrá que esperar a la próxima Semana Santa.
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