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Miércoles Santo eucarístico y de Prendimiento, con incidente incluido

Miércoles Santo eucarístico y de Prendimiento, con incidente incluido

La noche del Miércoles Santo ubetense sumó dos cofradías más al listado de hermandades que pudieron desquitarse tras los cambios de planes a los que obligó la lluvia el año pasado. Se trató de la Cofradía Eucarística de la Santa Cena y la Cofradía Sacramental y Hermandad Salesiana de Nuestro Señor Jesucristo en Su Prendimiento, María Santísima del Auxilio, San Juan Evangelista y San Juan Bosco. Ambas se lucieron en la calle después de que en 2013 la primera se quedara en su templo y la segunda realizara un itinerario corto para no correr riesgos. Aunque cabe señalar que esta última sufrió anoche un incidente al ceder los anclajes de una de las esculturas del paso, la de un enorme caballo con soldado romano incluido, que volcó sobre el trono. Un buen susto para hermanos y público.

Alberto Román Vílchez

Miércoles, 11 de mayo 2016, 14:51

Pero vayamos por partes. El buen tiempo, junto al hecho de ser víspera de festivo, favoreció que miles de personas se echaran a la calle a disfrutar de una agradable noche de procesiones. Y ello pese al fútbol, que llenó todos los bares. En Úbeda, en estos días, hay gente de sobra para todo: Copa del Rey y cofradías.

Así, como manda la tradición, la Santa Cena no faltó a su cita para recordar en la calle el auténtico significado de la eucaristía cristiana y el origen del simbolismo que encierra. Este año se cumplen sesenta años de su fundación (1954) por un grupo de adoradores nocturnos, aunque no procesionó por primera vez hasta cuatro años más tarde (1958).

A las nueve de la noche cientos de personas se agolpaban ante la monumental iglesia de San Nicolás de Bari y a todo lo largo de la estrecha calle que lleva el mismo nombre para ver partir el desfile. Se iniciaba con los últimos claros del día cuando cruzó la puerta la cruz de guía. Seguidamente lo hizo la banda de cornetas y tambores, destacando por la juventud de gran parte de sus miembros. Y es que la hermandad ha apostado por involucrar a muchos niños y jóvenes al considerar que deben dejarles paso y hacer que se sientan parte importante de la cofradía y de la procesión. El objetivo se ha conseguido y se cuenta con una buena cantera. Incluso el hermano mayor, consciente de que tiene que estar donde más falta hace, salió tocando la corneta, cediendo su báculo presidencial a un cofrade muy querido en la hermandad, Miguel Molina Navarrete. Otros directivos también hicieron lo propio, dando ejemplo, y arrimaron el hombro a la banda.

Flores y frutas, lazo negro y pinceles

Con el guión en la calle, y habiendo ya oscurecido, asomó por la puerta el paso, decorado de forma muy original con flores rojas, piezas de fruta y otras especies vegetales (manzanas, naranjas, uvas, espigas, alcachofas...). Se trata de un magnífico grupo escultórico que forma la estampa de la última cena. Está compuesto por 13 imágenes de talla completa que representan a Jesucristo y los Apóstoles, obra del escultor Amadeo Ruiz Olmos y con policromía del artista ubetense Marcelo Góngora, recientemente fallecido. Precisamente en su recuerdo el paso llevaba en la parte delantera un lazo negro atando varios de sus pinceles. Se trata de un trono original del también recordado Ramón Cuadra Moreno. Además, presenta unos majestuosos faroles de Orfebrería Orovio, de Ciudad Real.

Todo transcurrió con absoluta normalidad por un itinerario que discurrió por la zona centro y el casco histórico hasta desembocar de nuevo en la iglesia de San Nicolás, donde permanecerá el trono hasta el próximo Viernes Santo, momento en el que la cofradía se sumará a la Procesión General en la que casi todas las hermandades, ordenadas cronológicamente según los episodios de la Pasión de Cristo, acompañarán al Santo Entierro.

El hermano mayor de la Santa Cena es Antonio Carlos Rubio Barberán, quien cogió las riendas hace unos meses tras la dimisión de Marcos Expósito Morillas por motivos personales. Permanecerá en el cargo el tiempo que le restaba a su predecesor.

De esta cofradía destaca la túnica que lucen los hermanos, única en su diseño, al presentar el manteo tipo hebreo en lugar de capa. Añadir que tiene en proyecto incorporar una titular mariana. Así se aprobó hace algo más de un año en asamblea, en la cual los miembros de la hermandad, a quienes se pidió permiso, dieron el visto a que se iniciara todo el proceso para procesionar una Virgen acompañando al trono de Cristo y los doce apóstoles. Tendrá mucho que ver con la Inmaculada Concepción, que es la que inspira a la Santa Cena. Todo se andará, pues queda mucho trabajo por hacer, y aún no hay una fecha clara en el horizonte. Eso sí, la idea fue muy bien acogida dentro y fuera de la hermandad.

Desde Salesianos

La segunda procesión del Miércoles Santo la protagonizó la Cofradía Sacramental y Hermandad Salesiana de Nuestro Señor Jesucristo en Su Prendimiento, una de las más jóvenes de entre todas las ubetenses (fundada en 2001). Salió a la calle desde Salesianos, este año a las nueve y media de la noche, algo más temprano que los anteriores, reuniendo igualmente a cientos de personas en su punto de partida y en el primer tramo de su itinerario.

El paso, aún en proceso de elaboración y adornado con rosas rojas, dejó patente que van avanzando los trabajos en la madera. Y sobre él la imagen del Cristo, obra del escultor Bernardo Foronda Lozano y estrenando mantolín (colocado de manera distinta a la habitual), acompañada por las tallas de Judas y un esclavo, de Jaime Babío, que forman parte del grupo escultórico en el que también figura un impresionante soldado romano a caballo, original del ubetense Gerardo Ruiz del Moral. Todo ello portado por 45 costaleros, dirigidos por Miguel Ángel Romero, y un año más al ritmo de los sones de la banda de cornetas y tambores María Santísima del Amor. Añadir que la cofradía también tiene una titular mariana, María Santísima del Auxilio, de Luis Álvarez Duarte y que fue bendecida en 2008, pero aún no procesiona en Semana Santa.

El itinerario presentó algunas novedades pues la hermandad entendía que resultaba repetitivo regresar a su punto de partida deshaciendo camino, es decir, repitiendo algunas calles, con lo cual una vez en la zona centro se subió hacia el norte de la ciudad por la calle Trinidad. La experiencia funcionó. Y previamente se realizó la estación de penitencia en la iglesia de San Isidoro con detalles por parte de las cofradías que allí tienen a sus titulares.

«Incidente sin daños importantes»

Todo transcurrió con normalidad hasta que en la recta final de la procesión se produjo un inesperado incidente. Y es que, tras una 'levantá' y estando ya el paso en movimiento, al caballo del grupo escultórico sobre el que monta un soldado romano le cedieron los anclajes que lo sujetaban al trono, partiéndose así una de las patas traseras de la citada imagen, la cual cayó ligeramente sobre el paso. Afortunadamente de ahí no pasó y la cosa no fue a más pues volcó hacia adentro, quedando muy cerca del Cristo. Según testigos, los hermanos, los costaleros y el público se llevaron un buen susto. Un costalero se subió a sujetarlo y a comprobar que no había riesgos, y rápidamente tomaron dirección a Salesianos.

Durante la procesión la escultura ya 'cimbreaba' bastante con el movimiento del trono llevado por costaleros, al parecer debido entre otras cosas a una modificación, al objeto de aligerar peso, que se hizo en la peana diseñada por el escultor, lo cual redujo los puntos de apoyo de la talla aunque sin afectar a la estructura. Se movía demasiado, arriba y abajo, lo cual no pasó desapercibido al público. Poco después de los hechos la hermandad enviaba un mensaje de tranquilidad a través de las redes sociales: «Nuestro Señor ha podido ver a su pueblo este Miércoles Santo, lo ocurrido después no deja de ser un triste incidente sin daños importantes».

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