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José Cabrera y Juan Francisco Herrera: ciclistas sobre tres ruedas

José Cabrera y Juan Francisco Herrera: ciclistas sobre tres ruedas

Son especialistas en su trabajo. Se dedican en cuerpo y alma al montaje, mantenimiento y reparación de cualquier tipo de maquinaria oleícola. Y son ubetenses. Pero además, José Cabrera Pérez y Juan Francisco Herrera Aragón destinan parte de su tiempo libre a practicar deporte sobre ruedas, paseando por su ciudad, moviéndose por el carril bici, aventurándose por irregulares carriles y empinadas cuestas, recorriendo muchos kilómetros a través de las vías verdes de la provincia y evitando las carreteras, sabedores de que su baja altura les eleva el riesgo cerca de los vehículos de motor. Y es que, no utilizan una bicicleta al uso.

Antonio Ángel Ruíz Resa

Miércoles, 11 de mayo 2016, 14:15

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Ambos han apostado por las tres ruedas, por una modalidad de triciclo reclinado, cuya conducción se realiza a una inclinación de tan solo 60 grados de la horizontal. Van sentados como los pilotos de Fórmula 1, aunque su vehículo es una bicicleta de tres ruedas. Apasionados por esta modalidad ciclista, decidieron conocer algo más de ella, hasta tal punto que, en vez de hacerse de un modelo comercial, optaron por construir sus propios triciclos a partir de fotos y planos homologados. Así lo hicieron, bautizando sus prototipos con el nombre de J.J. Striker, es decir, José y Juan, añadiendo triciclo en inglés. Su modelo ha llamado la atención en aquellas concentraciones en las que han participado, y su fiabilidad es tal que han recibido numerosas felicitaciones entre los amantes de esta modalidad.

Equipamiento

La base son tres ruedas, como bien indica su nombre, y su respaldo acoge al ocupante de forma casi acostada. Cuenta con frenos en las tres ruedas y un cambio formado por 7 velocidades, con platos pequeños combinados con piñones grandes a fin de suavizar el esfuerzo al pedalear pues, en este tipo de triciclos, toda la energía motriz sale del juego de piernas, y el resto del cuerpo no se usa como en el ciclismo convencional, donde los corredores se pueden poner de pie para subir cuestas, por citar un ejemplo. Disponen también de luces delanteras y traseras, además de un banderín en altura para ser más visibles. Estos triciclos se suelen construir a medida, teniendo en cuenta la edad, estatura y peso de la persona que los va a conducir.

Disfrutan conduciendo y de vez en cuando ponen al límite las posibilidades de sus vehículos, hasta tal punto que una vez probaron su estabilidad recorriendo empinados márgenes de caminos rurales, y en ningún momento surgió el riesgo de volcar. Al placer de conducir se une el orgullo de saber que sus triciclos los han construido con sus propias manos. No son los únicos aficionados a esta modalidad, pero está claro que aún son minoría. Todo está por ver, las modas llegan y se van, y quizá las tres ruedas empiecen a tener más adeptos en el futuro. Ellos, por lo pronto, ya están aportando su granito de arena, y encima pueden presumir de poseer triciclos 'made in Úbeda'.

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