Baltasar Raya repasa la obra del arquitecto renacentista Francisco del Castillo 'el Mozo'

Baltasar Raya Moral, artista y geómetra apasionado, presentará el próximo domingo, día 23 de abril, su último trabajo publicado que lleva por título 'Francisco del Castillo 'el Mozo', un arquitecto giennense del Renacimiento'. El acto, planteado a modo de conferencia, tendrá lugar a partir de las doce y media en la iglesia de San Lorenzo gracias a la organización de la Fundación Huerta de San Antonio, responsable de la recuperación de este espacio para la cultura.

Raya es licenciado en Bellas Artes y ha sido catedrático de dibujo durante veintiocho años en el Instituto San Juan de la Cruz de su ciudad natal, Úbeda. Es autor de varios tratados de geometría plana que son manuales de referencia en la actualidad. Entre sus últimas publicaciones destacan 'La arquitectura vandelviriana en la provincia de Jaén, aportación a su estudio gráfico', así como 'Portadas y fachadas de Úbeda y Baeza, ciudades Patrimonio de la Humanidad, arte y geometría' o 'Los poliedros de Leonardo'.

En este nuevo trabajo aborda la obra de Francisco del Castillo 'el Mozo' (Jaén, 1528), hijo de Francisco del Castillo «el Viejo», también arquitecto y maestro en el arte de la montea, quien dirigió numerosas obras en edificios dependientes del Cabildo Catedralicio, así como otras de carácter civil, como el antiguo Pósito de Jaén, interviniendo igualmente en otras de índole privado como la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda.

A la edad de 17 años, Francisco del Castillo 'el Mozo' fue enviado por su padre a Italia, donde encontraría más y mejores probabilidades de alcanzar sólida formación como arquitecto, como así fue durante su bien aprovechada estancia de casi una década. Hacia 1552 lo encontramos en Roma trabajando durante tres años en Villa Giulia, conjunto promovido por el papa Julio III (1550-1555) de quien toma su nombre. Allí conocería sin duda a Miguel Ángel (trabajó ahí) y consolidaría su aprendizaje bajo las directrices de Jacopo Barozzi (Vignola), preeminente arquitecto y tratadista, y la supervisión de Giorgio Vasari.

En 1554 regresa a España pertrechado de amplios conocimientos, que de haber permanecido en su tierra no los hubiera alcanzado. En 1559 fija su residencia en la ciudad de Martos y contrae matrimonio con María de Anguita. Incorporado a la empresa familiar realiza numerosas obras, la mayoría continuando las iniciadas por su padre, que transforma y remodela con criterios más acordes con los tiempos, imprimienmdo su estilo italianizante, así como ciertos toques de su gusto personal. También realiza algunas obras de nueva planta como la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Alcaudete, o la de la misma advocación de Torredonjimeno, junto a obras de carácter civil como las Carnicerías Reales de Priego, la Real Chancillería de Granada o la fachada del actual Ayuntamiento de Martos.

Asimismo deja su huella en notables fuentes monumentales como la de la Salud de Priego o la Fuente Nueva de Martos, entre otras. Y destaca una obra de ingeniería de capital importancia como es la del puente de Mazuecos, en el término municipal de Baeza, realizada conjuntamente por Francisco del Castillo y Andrés de Vandelvira, cuyo diseño firmado por ambos se encuentra en la Real Chancillería de Granada.

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