Una calle para un médico ubetense por su dedicación durante la pandemia

La entrega y dedicación de la que ha venido haciendo gala durante la pandemia el médico ubetense Francisco Javier Rodríguez del Río le ha sido devuelta en forma de cariñoso agradecimiento por parte de los habitantes del municipio en el que ejerce su profesión, Horcajo de los Montes (Ciudad Real), donde pronto podrá presumir de tener una calle con su nombre. Es un orgullo para cualquier persona poder verse en una de las placas del callejero del pueblo donde trabaja, pero lo es más aún si la iniciativa ha surgido de los propios vecinos.

En este caso, los habitantes de Horcajo de los Montes comenzaron una campaña de recogida de firmas para pedir a su Ayuntamiento que la avenida de la Fuente pase a llamarse Doctor Francisco Javier Rodríguez del Río, para así agradecer a su médico el «extraordinario trabajo realizado durante la pandemia provocada por la Covid-19 y su dedicación incondicional al pueblo y sus habitantes». No en vano, ni en los peores momentos dejó de trabajar presencialmente, incluso visitando pacientes en sus casas, tomando cuantas medidas de seguridad y precaución tenía a su alcance (bolsas de basura o mascarillas caseras) y logrando que fueran efectivas.

Si en hospitales y centros de salud de grandes capitales hubo etapas de desconocimiento, de muchas limitaciones en cuando a medios de protección o de falta de tratamientos, sobrecoge pensar lo difícil que debió ser lo vivido al inicio de la pandemia en pequeños núcleos como Horcajo de los Montes, de algo más de 900 habitantes y más de la mitad de la población envejecida y frágil. Francisco Javier Rodríguez tuvo que echar mano del ingenio, casi creándose su propio protocolo de seguridad en los desplazamientos en coche al domicilio de algunos usuarios para no ponerles en riesgo. Y también para no ponerse en riesgo él, por su salud y la de su familia, y porque verse enfermo o confinado habría supuesto un problema asistencial.

Si no dudaba en desplazarse el tiempo que fuera necesario, en la consulta tampoco se ponía hora de cierre. Terminaba cuando se iba el último paciente, muchas veces bien entrada la noche, organizando previamente todo para que no existiera reunión de personas y dedicando no poco tiempo a desinfectarlo todo entre un usuario y otro. Y ello en un municipio que se vio muy afectado por el coronavirus, hasta tal punto que en el primer brote se contabilizaron más de 60 personas afectadas. Hoy por hoy ya no existen casos activos. Y tampoco el médico se ha llegado a contagiar.

Normal que los vecinos de Horcajo de los Montes estén tan agradecidos después de ver a su doctor tan entregado. La iniciativa vecinal de recogida de firmas dio sus frutos gracias al respaldo de numerosas personas y el Consistorio acabó aprobando en pleno el inicio del correspondiente expediente que diera respuesta a esta justa demanda ciudadana. Tal cual le fue confirmado a Francisco Javier Rodríguez a través de una carta oficial que le remitió el Ayuntamiento. Y aunque aún no se ha concretado el día en el que, orgulloso, le tocará descubrir la placa y recibir emocionado el aplauso de todo un pueblo, será más pronto que tarde.

Francisco Javier Rodríguez del Río, nacido en Úbeda, llegó a Castilla-La Mancha en 2006 para hacer su especialidad en el Hospital General de Ciudad Real. Lleva algo más de dos años como médico de Horcajo de los Montes, aunque vive en Miguelturra, a 86,5 kilómetros y más de una hora de trayecto en coche. Un espacio y un tiempo que quizá se le hagan más cortos sabiendo que le espera una calle con su nombre y, sobre todo, un pueblo agradecido.

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