La cofradía y la alcaldesa responden al aluvión de críticas por el traslado de la patrona
Defienden que se hizo por seguridad, con todos los permisos y medidas pertinentes y que la regidora no llevaba mascarilla ni guantes por un problema alérgico
Alberto Román
Úbeda
Lunes, 13 de abril 2020, 11:06
El fin de semana estuvo marcado por la polémica generada en torno al traslado de la Virgen de Guadalupe desde el Santuario del Gavellar a su capilla en la Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda. Una medida tomada el sábado tras asumir la suspensión de la romería del 1 de mayo y en la que, junto al hermano mayor de la Real Archicofradía, Miguel Ráez, colaboraron la alcaldesa, Antonia Olivares, y el presidente de la Unión de Cofradías, Felipe Torres, además de otros miembros de la hermandad y una persona que documentó tan inusual acontecimiento para luego, por la noche, hacerlo público a todos los hermanos, fieles y ciudadanos en general. En ese momento, seguro que ninguno de los presentes imaginaba el aluvión de críticas que suscitaría en redes sociales (a falta de calles, plazas, parques y bares, buenos son 'facebooks').
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Ante tal hecho, tanto la archicofradía como la alcaldesa vieron conveniente hacer una serie de apreciaciones. La hermandad reiteró en un comunicado que se contó con la autorización del capellán y rector de Santa María tras haberse puesto también en conocimiento del Ayuntamiento y del Obispado de Jaén, «así como de las autoridades competentes, pidiendo los permisos oportunos». Y recordó que se hizo «por la preocupación de que, en este momento de estado de alerta sanitaria ante el Covid-19, se pudiera cometer algún robo de la talla o algún ataque al santuario que la alberga, que pudiera afectar a la imagen de la patrona de Úbeda».
También en esta decisión influyó el hecho de que la llegada del 1 de mayo, día de la tradicional romería, podría haber motivado el acercamiento al santuario de fieles, «que se hubieran saltado el confinamiento movidos por su fe a la patrona». Es por ello que, adelantándose a los acontecimientos y como medida de seguridad, la Real Archicofradía efectuó el traslado antes.
Respecto a la presencia de la alcaldesa, según el comunicado, «no fue casual, sino una petición que hicimos, primero porque se trata de la máxima autoridad de la localidad y, segundo, porque es conocedora del Plan de Emergencia Municipal; por lo tanto, veló para que todos los protocolos de seguridad se produjeran en el traslado de la imagen». Aclara además que no se produjo ceremonia o procesión alguna y que se hizo «en la más estricta intimidad y con el número de personas únicamente necesarias para su traslado», invitándose a colaborar también al presidente de la Unión de Cofradías, a quien la hermandad muestra su «cariño y apoyo» ante «las críticas que se están vertiendo hacia su persona».
Por otro lado, el escrito difundido resalta que, en todo momento, las personas que participaron «guardaron las medidas de seguridad recomendadas y las garantías de manera escrupulosa», recordando que el uso de guantes y mascarilla es recomendado, no obligatorio, para quienes no son personas de riesgo. «El traslado se produjo sin aglomeraciones, mayormente al aire libre y guardando la distancia de seguridad indicada entre personas», añade.
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En este sentido, la Real Archicofradía deja claro, ya que así lo trasladó la propia alcaldesa, que «por una afección alérgica no podía utilizar este tipo de mascarilla quirúrgica», por lo que «acompañó en el traslado evitando el contacto con el resto de participantes y guardando la distancia recomendada».
La alergia de la alcaldesa
Este extremo lo confirma a través de su perfil en redes la propia Antonia Olivares. En primer lugar recuerda que «no es obligatorio» el uso mascarilla y guantes, y en segundo lugar aclara que tiene «un gran problema de alergia» que le afecta a la piel y que no le permite utilizar este material. «Espero encontrar el que no me produzca problemas por si finalmente es de uso obligatorio», añade.
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La alcaldesa, que reconoce que con esta polémica lo está pasando mal «desde el punto de vista personal», reitera que se cumplieron «todas las obligaciones de seguridad y sanidad» y que se hizo tanto para evitar que a la patrona le pudiera pasar algo en el santuario al no tener las medidas de seguridad adecuadas de cara a su protección, como para evitar altercados de seguridad el próximo día 1 de mayo al no celebrarse la romería.
«Pero se ve que es más fácil criticar que informarse y tirar por tierra todo el esfuerzo y el trabajo que llevamos hecho en esta situación tan difícil, en la que cada día estoy al pie del cañón en mi despachado en el Ayuntamiento, como entiendo que es mi responsabilidad», finaliza.
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