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Natalio Rivas en su preciada biblioteca. ROMÁN
Fallece Natalio Rivas Sabater, el morador del Palacio Vela de los Cobos

Fallece Natalio Rivas Sabater, el morador del Palacio Vela de los Cobos

Mantuvo durante años el único palacio de la provincia habitado y conservado tal y como se acondicionó siglos atrás

Alberto Román

Úbeda

Viernes, 22 de julio 2022, 20:48

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En la mañana de este viernes falleció, a la edad de 95 años, Natalio Rivas Sabater, una persona muy conocida en la ciudad ubetense y estrechamente vinculada a ella, donde mantuvo durante años el único palacio de la provincia habitado y conservado tal y como se acondicionó siglos atrás. Se trata del Palacio Vela de los Cobos, abierto a las visitas turísticas hace una década. Desde entonces ha recibido a miles de viajeros, que normalmente han quedado sorprendidos tanto con el edificio, proyectado en el siglo XVI por Andrés de Vandelvira, como con los tesoros que alberga. Aunque el mayor atractivo del recorrido suponía coincidir con Natalio Rivas, su propietario, que era la joya viviente de este inmueble considerado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía.

Natalio Rivas nació en Madrid el 25 de febrero de 1927, en el seno de dos familias, paterna y materna, de gran influencia en la vida política de España. Su padre, Pedro Rivas Ruiz (1897-1977) era hijo del historiador y político Natalio Rivas Santiago, ministro que fue de Instrucción Pública. Su madre, Patrocinio de Sabater y Molero (1900-1964) está entroncada con los Sabater, familia de viejo arraigo en la ciudad de Úbeda.

Diplomado de la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional de Madrid, fue también guía-intérprete por oposición. Su vida discurrió en varias vertientes. Por un lado la familia, proyectada desde su casa de Madrid, donde está la actividad de sus hijos. Por otro lado su casa de Úbeda, el viejo Palacio de los Vela de los Cobos, monumento, museo, archivo y biblioteca, al que dedicó una continua y especialísima atención. En tercer lugar el campo, como propietario olivarero, vinculado por su actividad agrícola a la fábrica Zárate, sociedad particular de varias familias que administran sus tierras y elaboran su aceite. Y finalmente la ciudad de Úbeda, a la que sirvió, como él decía, «desde los ángulos religioso, asistencial y cultural».

Desde esta perspectiva, proyectada desde y sobre Úbeda, fue durante más de treinta años presidente de la Real Cofradía de la Humildad, contribuyendo con su familia, y personalmente, al engrandecimiento de la Semana Santa ubetense. Como presidente de la Asamblea Local de la Cruz Roja de la ciudad, desde 1973 hasta 1984, llevó a cabo una densa actividad. Fue el creador del Cuerpo Auxiliar Femenino de la Cruz Roja, pionero en la provincia de Jaén, y recibió la Medalla de Oro de la Cruz Roja Española.

Socio fundador y luego presidente del Centro de Iniciativas Turísticas de Úbeda, realizó una gran labor de promoción turística de la ciudad. Ello le valió ser nombrado consejero de la junta de gobierno de la Federación Española de Centros de Iniciativas Turísticas (FECIT) y ser, en 1980, miembro del Consejo de Turismo de la Junta de Andalucía. Consejero de número del Instituto de Estudios Giennenses, desde 1964, pasó en 1992 a supernumerario tras la reestructuración de dicha entidad. Y fue elegido académico correspondiente por Úbeda de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi el 18 de marzo de 1997.

Trabajó por los años cincuenta en la ordenación del Archivo Histórico Municipal de Úbeda, prestando ayuda a numerosos investigadores. Realizó estudios sobre el Fuero de la Ciudad y las Ordenanzas de Úbeda de 1523, que logró en sus investigaciones y que pudo traer a la ciudad cuando se disponía a adquirirlas una Universidad norteamericana.

En toda su actividad destacó como defensor de la monumentalidad ubetense, promoción turística y exaltación de su historia y de sus tradiciones. Amante de los libros, bibliófilo empedernido, desde su infancia, fue capaz de reunir en su casa de Úbeda una biblioteca que contiene más de doce mil volúmenes, entre los que destacan cuatro incunables y trescientos impresos en el siglo XVI, con una sección especializada sobre temas de Jaén, desde dicho siglo XVI hasta nuestros días.

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