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Alberto Román
Úbeda
Viernes, 17 de julio 2020, 22:27
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El Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda ha realizado procedimientos en quirófano a 445 pacientes en la Unidad del Dolor Crónico Intervencionista desde enero de 2019, de los cuales 128 han sido en 2020. El objeto de estos procedimientos es brindar tratamientos de alta complejidad a la población del Área Sanitaria Nordeste de Jaén.
La unidad cuenta con la adscripción de una enfermera de Prácticas Avanzadas, Mar Moya, especializada en el tratamiento del dolor crónico desde hace más de 15 años, y formada en el Hospital de Son Llatzer en Mallorca. La coordinación está a cargo del jefe de Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor, Martín Rodríguez.
La actividad multidimensional de esta unidad se complementa con la labor del personal del bloque quirúrgico, consultas y hospitalización, que brinda una actividad altamente especializada. En la consulta han sido atendidos desde enero de 2019 un total de 962 pacientes en la consulta médica y 110 en la consulta de enfermería de práctica avanzada.
El tratamiento a los 445 pacientes atendidos ha supuesto la atención a 659 cuadros dolorosos, la realización de 1.681 procedimientos, 607 valoraciones, 451 técnicas intervencionistas, 397 revisiones presenciales y 128 revisiones telefónicas.
Actualmente la Unidad del Dolor procura tratamientos en todos los niveles de complejidad, desde los menos invasivos como la aplicación de TENS o parches de capsaicina, hasta técnicas más complejas como la radiofrecuencia para su aplicación en diversas patologías.
El grupo más numeroso es para el tratamiento del dolor de origen musculoesquelético y en especial el tratamiento del dolor de rodilla, de lo que se han beneficiado un total de 284 pacientes mediante la realización de técnicas de radiofrecuencia de nervios geniculados, procedimiento descrito por primera vez en 2011. Otro grupo especialmente numeroso es el de pacientes con dolor de espalda bajo y dolor neuropático de origen vertebral. Igualmente se atiende en esta unidad a pacientes con cuadros dolorosos menos comunes, pero de especial gravedad como el síndrome de Dolor Regional Complejo, entre otros.
El propósito de esta Unidad es aumentar el número de pacientes a los que llegar con sus tratamientos, aumentar la complejidad de los mismos y colaborar estrechamente con aquellos servicios cuya implicación en el dolor es habitual, tales como las unidades de Cuidados Paliativos, Rehabilitación, Traumatología y Ortopedia y Medicina Interna, entre otros.
Aproximadamente el 20% de las personas padecen dolor crónico, entendido como aquel con una duración de más de tres meses. En nuestro entorno, dada la asociación que existe entre dolor y envejecimiento, la prevalencia podría ser mayor que en otros entornos de nuestra geografía.
El dolor crónico supone un efecto devastador en el paciente, que afecta a la calidad de vida, su esfera emocional, psíquica y laboral, teniendo un gran impacto económico sobre el producto interior bruto de un país. En el caso del dolor, la estimación de los costes directos es más sencilla, pudiendo llegar al 0,5% del PIB en el caso de la artrosis de rodilla, pero en el caso de los costes indirectos la estimación es difícil. El Instituto de Estudios Fiscales cifró el impacto del dolor crónico en el mercado laboral en 2.500 millones de euros con 52 millones de jornadas laborales perdidas.
Por su impacto se considera al dolor como la quinta constante vital, lo que hace necesario que los hospitales cuenten con unidades de tratamiento avanzado del dolor para ofrecer una asistencia eficaz y en términos de equidad en el acceso.
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