Cuando la libertad de movimiento depende de una silla

Manuel depende de los cuidados de Domingo, pues padece tetraparesia a consecuencia de poliomielitis. Se la detectaron con seis meses. Ahora tiene 58 años. Y depende de una silla de ruedas motorizada para moverse con cierta libertad. Paradojas del lenguaje y de la vida: una silla aquí significa movimiento y la independencia conlleva una dependencia de ella.

Pese a lo difícil que se lo ha puesto la vida, Manuel es una persona alegre, positiva, activa, participativa, cariñosa… No es raro verle actuar con ese fantástico grupo de actores y actrices con diversidad funcional creado en la Escuela Municipal de Teatro 'Ricardo Iniesta' que ha hecho de las artes escénicas la mejor herramienta para la inclusión. Le gusta salir a la calle cuando hace buen tiempo, dar una vuelta y, en definitiva, sentirse independiente, prescindiendo de la ayuda de Domingo aunque sea por un rato.

Pero la situación de Manuel se complicó hace dos años tras ser sometido a una intervención quirúrgica en la zona de las vértebras superiores por una lesión en las cervicales a consecuencia de mielopatía compresiva. Y es que, debido a ello perdió la movilidad de la mano derecha, la única que le permitía manejar su silla motorizada. Un auténtico mazazo.

Domingo comenzó entonces a buscar una solución y la encontró cuando descubrió una silla especial que se adapta a las circunstancias de Manuel, ya que se maneja con sensores en la parte lateral y trasera de la cabeza. Las pruebas iniciales que realizó un especialista demostraron que era viable la adaptación. Aunque la alegría inicial se vio truncada cuando le informaron que el coste ascendía 9.000 euros, una cantidad imposible de asumir.

Y es ahí cuando surgió el nuevo reto que se propuso superar el aventurero, consistente en este caso en escalar la montaña de la solidaridad. Dado que acababa de escribir un nuevo libro, decidió que todos los beneficios sirvieran para ayudar a devolverle a Manuel su libertad. Y desde que salió de la imprenta viene apelando a la colaboración ciudadana, ofreciendo a cambio las historias, vivencias y reflexiones que ha recopilado en forma de publicación.

El libro lleva por título 'Los niños y las flores' y se presenta como «un apasionante viaje de aventura y montaña por el valle del Khumbu 'Himalaya'». Domingo invita así a descubrir uno de los lugares más bellos del planeta, el Treking del SoluKhumbu por el parque nacional de Sagarmatha (Nepal), desde Lukla, aterrizando en el que es considerado el aeropuerto más peligroso del mundo, hasta el campo base del Everest, la montaña más alta del planeta con sus 8.848 metros de altura. Todo ello acompañado de historias sobre la cultura, las costumbres de sus gentes y la flora y fauna del lugar.

Además de en la plaza de Andalucía, en el puesto instalado por Domingo hasta este 5 de enero, el libro se puede adquirir en las librerías Libros Prohibidos y El Duende, en la iglesia de San Pablo, en el bar Fermín, en Fotoprint Mirpa, en el quiosco de la Torrenueva o llamando por teléfono al 663061484.

El propio Domingo manifestó en las últimas horas a IDEAL que la respuesta del público está siendo muy positiva y que pronto Manuel podrá tener su silla. Quién sabe, quizá los Reyes Magos puedan ayudar en algo. Así, quiso lanzar un agradecimiento sincero «a todas las personas que están haciendo posible este sueño».

Domingo ya ha visitado lugares como Etiopía, Nepal, Perú, Egipto o Papúa Occidental, de una manera muy particular, casi con lo puesto y siempre encontrando apoyo en las gentes que se han cruzado en su camino. En cada viaje le acompaña una pancarta con el escudo de Úbeda y la Virgen de Guadalupe que, según asegura, le protege hasta su regreso a casa. Y todas sus experiencias las comparte con sus paisanos a través de charlas, exposiciones, publicaciones y apariciones en televisión.

Entre sus logros montañeros están el Aconcagua (6.965 metros), Himlung Himal (7.126 metros, aunque se quedó en los 6.500 por las temperaturas y fuertes vientos), Island Peak (6.189 metros), Lobuche Peak (6.119 metros), Kilimanjaro (5.865 metros), Toubkal (4.167 metros), Mulhacén (3.486 metros) y el Teide (3.745 metros). Ahora toca un 9.000, pero no metros, sino euros. Y seguro que lo conseguirá, porque Manuel lo merece y porque Domingo tiene un corazón muy grande, tan grande como una montaña.