Manuel Bandera, Bibiana Fernández, Alaska y Mario llegan a Úbeda con 'La última tourné'

De este cóctel bebieron las numerosas personas que asistieron a la función de ayer en el teatro de Safa, y el efecto, que ya duró toda la noche, fue un sonrisa y una felicidad generalizada. Algo que se repetirá hoy sábado, pues habrá una segunda representación, en el mismo lugar a partir de las nueve de la noche.

'La última tourné', comedia musical del director Félix Sabroso, narra las aventuras y desventuras de una pequeña compañía de variedades que regenta el director, autor y productor Norberto Pinti (Manuel Bandera) y que se gana la vida con giras por esos pueblos de España. Pero tras veinte años de éxitos, su formato de variedades pierde tirón y no queda otra que plantearse aquello de 'renovarse o morir' para sobrevivir y hacer frente a los años noventa y a los nuevos aires que soplan por este país.

Cuando la compañía se plantea evolucionar hacia un teatro más comprometido y montar la 'Comedia sin título' de Federico García Lorca, su responsable solo se ve respaldado por Miranda Vega (Bibiana Fernández), la vedette principal a la que hay que convertir en una gran dama del teatro; Paca Castellón (Alaska), una vedette cómica que después de muchos disgustos ha perdido la gracia; Enzo Marini (Mario Vaquerizo), un hombre al que le encanta mentir y que ni se llama Enzo ni es italiano; Chelo Mir (Marisol Muriel) y Tino Velasco (Cayetano Fernández), un domador de perros con vocación de cantante folclórico.

Se generan así situaciones de gran comicidad que se alternan con canciones. Y existe paralelamente un mensaje sobre el éxito y el fracaso, sobre el esfuerzo físico y mental que requiere adaptarse a los nuevos tiempos, algo que, muchas veces, es como un viaje hacia lo desconocido.

'La última tourné' sigue la estela del éxito de 'El amor está en el aire' y 'El amor sigue en el aire', también con firma de Félix Sabroso y que juntó en el escenario a Bibiana Fernández, Alaska, Mario Vaquerizo y Manuel Bandera. El formato funciona y la compañía real, como la ficticia en la obra, se ha convertido en una gran familia que disfruta dentro y fuera del escenario.