Alberto Román
Úbeda
Martes, 27 de agosto 2019, 11:27
Las tiendas de campaña quedaron desmontadas, plegadas y almacenadas en las naves de duchas y aseos, junto a los colchones sacados de sus fundas y los palés de madera que aíslan los sueños de los chavales de la humedad del suelo. La cocina fue recogida, al igual que el almacén y la enfermería. De la capilla se retiraron todos los elementos que no son permanentes, como es el caso de una campana, una especie de vela de barco que recuerda el hermanamiento entre Úbeda y Chiclana y la imagen de la Virgen de Guadalupe. Y, finalmente, se quitaron dos símbolos de este emplazamiento, reconocibles por quienes han pasado alguna vez por este lugar: el mástil que se eleva entre las tiendas para lucir más allá de las copas de los pinos tres banderas (la de España, Andalucía y JAC) y la bombilla que, adosada a un pino en torno al cual también hay una mesa, alumbra las noches de preparativos, valoraciones y risas de los monitores y los equipos de cocina e intendencia.
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Ayer, con el fin del tercer y último turno, y el regreso de todos sus integrantes, finalizaron un año más los campamentos que los Jóvenes de Acción Católica (JAC) desarrollan en la playa de La Barrosa, en la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera, donde existe un rinconcito de Úbeda junto al mar. Un año más, durante 36 días (12 por turno) pasaron por allí, junto a un centenar de adultos, más de trescientos chavales (unos cien en cada turno) de diferentes edades, de todo tipo y condición, que por unos días convivieron, jugaron, hicieron deporte, rieron, se emocionaron… siendo iguales al entenderse los unos a los otros como diferentes. Impagable la labor en diversidad que se realiza sobre aquella arena.
Una arena que este año tuvo un protagonismo especial, pues se conmemoró el 50 aniversario de la adquisición de ese terreno para la ubicación definitiva del campamento después de itinerar 'de prestado' durante la década de los 60 del pasado siglo por otros puntos de La Barrosa, y previamente por tierras burgalesas, malagueñas y valencianas. La parcela, un pinar de unos 2.500 metros cuadrados, se compró a unos ingleses por 700.000 pesetas, cantidad que se consiguió, no sin esfuerzo, haciendo rifas, patrocinando excursiones, vendiendo loterías y, sobre todo, mediante la operación denominada 'metro cuadrado' por la que se pudieron lograr más 150.000 pesetas de entonces. Cientos de ubetenses, a título individual o colectivo, también muchos chiclaneros, participaron en esta iniciativa adquiriendo simbólicamente un metros cuadrado por 250 pesetas.
Al frente de todo ello estuvo el recordado Antonio Gutiérrez 'el Viejo', siempre acompañado por Manolo Molina, otro puntal de JAC Úbeda. Gracias a ellos, y a tantos y tantos colaboradores, el lugar se bendijo en 1969, concretamente el 10 de agosto, día siempre muy especial durante la acampada y que se mantiene en la actualidad, al coincidir con el cumpleaños de Gutiérrez. Además de todos los integrantes del campamento, en esa jornada se contó para el acto con la presencia de unas seiscientas personas desplazadas desde Úbeda.
Lo sabemos gracias a un artículo publicado días más tarde en la prensa de la época y que firma el propio Manolo Molina, como presidente local de JAC. En el texto subraya que el lugar se consiguió «con mil esfuerzos y contra dificultades de todo tipo», y destaca de él que, «lamiendo la rubia playa de La Barrosa, encierra admirables ventajas para el fin al que se ha destinado». Y es que, como ubicación definitiva y tras años de carencias, contaba ya con infraestructuras tan necesarias como duchas, aseos, pozo y cocina, aunque todo aún muy precario. «Un sitio ideal para participar de la playa gaditana y al mismo tiempo de pinares frondosos, unión perfecta entre la sierra y la costa», añade el escrito.
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Allí, miles de ubetenses pertenecientes a varias generaciones han vivido días de ilusión y alegría junto al mar. Ello hizo que, de forma muy natural, los lazos entre Úbeda y Chiclana se estrecharan y quedaran anudados para siempre. Y lo que fue natural se hizo oficial tal día como ayer, 26 de agosto, pero de hace 25 años (1994), cuando ambos ayuntamientos, sobre la arena del campamento, sellaron el hermanamiento de las dos ciudades. Lo rubricaron José de Mier Guerra, alcalde chiclanero de la época y amigo personal del campamento y de 'el Viejo' desde siempre, y Juan José Pérez Padilla, primer edil ubetense en esos momentos.
Con la firma de este acuerdo hace ahora 25 años, y según reza el texto, Chiclana y Úbeda se comprometían a mantener los lazos permanentes entre ambos municipios, a favorecer en todos los campos los intercambios entre sus habitantes para desarrollar, gracias a una mejor comprensión mutua, el sentimiento vivo de fraternidad entre ciudades, así como a unir sus esfuerzos para contribuir al éxito de esta necesaria misión de paz y de prosperidad que es la unidad entre los pueblos de Andalucía y de España.
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Este año, al cumplirse el 25 aniversario de aquella unión, volvió a repetirse el acto junto a las tiendas de campaña, con el que se renovó este hermanamiento institucional y social. Fue el pasado 10 de agosto. Los actuales alcaldes de Chiclana y Úbeda, José María Román y Toni Olivares, respectivamente, presidieron el encuentro, en el que se recordó la vinculación entre ambas localidades, sobre todo porque hace más de medio siglo que se lleva a cabo este campamento. «Sólo hay que recordar la caravana de color que se veía hace años en la playa de La Barrosa con los jóvenes que venían desde Úbeda», dijo Román, mientras que Olivares destacó la importancia de este campamento para los jóvenes de Úbeda, ya que ha tenido un papel muy relevante en cuanto a dinamizar a la juventud, más aún cuando no había alternativa en la ciudad.
Asistieron otros amigos de allí y de aquí, en algunos casos anteriores cargos públicos, como el que fuera alcalde ubetense, Juan Pizarro, o los otrora ediles chiclaneros Francisco Manzano y Manuel Rodríguez. También estuvo José de Mier, alcalde de Chiclana hace un cuarto de siglo, quien recordó que los ubetenses fueron los primeros turistas que recibió su ciudad, hoy todo un referente vacacional, por lo que destacó el buen ojo de 'el Viejo' y el ejemplo de bondad que significó para tantas personas.
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Como muestra del hermanamiento entre ambos municipios, destaca que en Úbeda existe la avenida Chiclana de la Frontera y en Chiclana la calle Campamento de Úbeda. Durante el acto, ambos alcaldes recibieron de parte de JAC una réplica de las placas que nombran estas vías, y además se intercambiaron varios regalos conmemorativos.
Cerrado ayer un año tan especial, los responsables de JAC y del campamento, junto con los acampados, ya sueñan con volver a posar sus pies sobre la arena de La Barrosa y con sentir que, en ese pinar adquirido hace medio siglo, se encuentran en casa pese a estar a unos cuatrocientos kilómetros de Úbeda. Cuentan así los días para estar de nuevo frente a la espectacular puesta de sol que apaga el cielo y el mar y enciende el faro del castillo de Sancti Petri. Y todo ello en familia, porque eso es precisamente el campamento. Quien lo ha vivido lo sabe.
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Los campamentos de La Barrosa son un espacio fundamental de ocio y aprendizaje para la juventud, donde los acampados y acampadas disfrutan de unos días inolvidables mientras reciben formación en valores y, entre juego y juego, aprenden a convivir con iguales. Así lo han podido constatar a lo largo del tiempo los miles de ubetenses que han disfrutado de ellos.
Desde JAC han sabido dar respuesta a las demandas de la sociedad actual renovando y adaptando con esmero sus instalaciones, turnos y actividades a las nuevas tendencias pedagógicas y lúdicas. Y gracias al enorme grupo de voluntarios y voluntarias con los que cuenta la asociación se puede dar a los jóvenes asistentes una atención individualizada. En La Barrosa pasan doce días de juegos, formación, talleres, dinámicas, deporte, animación, veladas, fiestas, convivencia y mucha diversión. Estas son las palabras que mejor describen esta experiencia.
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El primer turno, dirigido a niñas nacidas entre 2005 y 2007, se celebró del 24 de julio al 4 de agosto. Respecto al segundo, enfocado a niños nacidos entre 2005 y 2007, tuvo lugar del 4 al 15 de agosto. Y el tercer turno, destinado a niños y niñas nacidas entre 2008 y 2010, se materializó del 15 al 26 de agosto.
JAC es toda una institución en Úbeda. En 2009 recibió del Ayuntamiento la Medalla de Oro de la ciudad por el 75 aniversario de su creación y por el 50 aniversario de la puesta en marcha del campamento, siendo el expediente instruido para su concesión el que más adhesiones ha tenido en la historia del municipio.
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Con los campamentos se realiza una importante labor social ya que, gracias a JAC y a la colaboración de diferentes colectivos, entidades y personas a título individual, se beca a numerosos jóvenes ubetenses cuyas familias se encuentran en una situación económica complicada.
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