Alberto Román
Úbeda
Lunes, 4 de julio 2022, 21:22
Un espectáculo de fuegos artificiales puso fin anoche a la celebración del 19 aniversario de la declaración de Úbeda como Patrimonio de la Humanidad, junto a Baeza. Se quemó en las Eras del Alcázar e iluminó el cielo sobre el casco histórico, clausurando así cuatro días de actividades de todo tipo enmarcadas en las Fiestas del Renacimiento, que un año más permitieron viajar en el tiempo hasta la época de mayor esplendor de la ciudad. Este año, además, retomaron la normalidad y el formato habitual tras las restricciones impuestas por la pandemia el pasado año 2021 y la suspensión obligada en 2020.
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Numerosas personas volvieron a recorrer las calles del barrio del Alcázar en esta última jornada festiva, durante la que se pudo disfrutar del mercado renacentista y la zona de mesones y tabernas, junto a talleres, teatro infantil de títeres, pasacalles, recreaciones, campamento militar, aves rapaces, oficios artesanales, juegos infantiles, danza, ambientación musical y un pasaje del terror ambientado en la época.
En el apartado más cultural, ayer se desarrolló también el clásico concierto de la Agrupación Coral Ubetense, con un repertorio completamente renacentista que sus miembros prepararon durante varias semanas de ensayo. Este año, al estar el palacio Vázquez de Molina en obras, el recital se desarrolló en el claustro de la Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares. Un espacio que aportó magia al programa musical.
Un día antes el grupo Syntagma Musicum protagonizó otro concierto, esta vez en el patio del palacio Anguís Medinilla, que igualmente estuvo basado en repertorio de los siglos XV y XVI. Y algunos de sus miembros también ofrecieron durante las fiestas una exhibición y un taller de danzas renacentistas.
La Agrupación Musical Ubetense y su banda joven también se unieron a la celebración el viernes, actuando ante la fachada de la Sacra Capilla del Salvador y dando forma al Festival de Bandas 'Úbeda, ciudad del Renacimiento', que incluyó un pasacalles previo.
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Por lo demás, durante estos días actuaron dos escuelas de danza de la ciudad (Rocío y Ramoni) en el escenario instalado en la zona de tabernas, con danzas renacentistas. Allí también hubo música celta en la noche del sábado y un espectáculo de hipnosis ayer. Y no faltaron espectáculos nocturnos de fuego y telas aéreas en la plaza Vázquez de Molina.
Además, de forma itinerante por las calles del mercado y en distintos rincones, hubo música con distintas formaciones, danza del vientre, acróbatas, animación y exhibición del grupo histórico de abanderados de Italia.
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Con estas fiestas se recordó que el 3 de julio de 2003 se produjo la feliz inclusión de Úbeda en el listado de Patrimonio Mundial, junto a Baeza. Un reconocimiento de la Unesco que supuso un antes y un después en el desarrollo del municipio, en varios ámbitos como el turismo, la conservación del patrimonio, la creación de nuevos puestos de trabajo o las nuevas prestaciones de servicios.
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