ICONOCUENTOS: El Hombre de los Pies Pequeños

 QUEL HOMBRE TENÍA

Nono Granero

Miércoles, 11 de mayo 2016, 14:08

unos pies tan pequeños

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como nadie en el mundo

de otros era dueño.

Las gentes, los amigos,

bromeaban al verlo:

-Si te duermes, te caes...

-¡Como te venga el sueño...!

Él llevaba las bromas

tan bien como podía,

pero mientras, por dentro,

el buen Hombre sufría.

Pensaba con envidia

en un cuarenta y dos,

en un cincuenta y cinco,

en los pies de Gasol...

Frecuentaba las duchas

de todos los gimnasios

sin chanclas ni babuchas,

con sus dos pies descalzos

por ver si su ventura

se tornaba completa

y entre humedad y hongos,

conseguía un 'pie de Atleta'.

Pero nada cambiaba

en sus miembros de insecto

y el Hombre se apenaba

al sentirse imperfecto.

Sin embargo, una noche

que se encontraba inquieto,

rumiando su desgracia,

desarmando su lecho,

acabó por dormirse

y tuvo un bello sueño:

En él veía una lámpara.

Aladino, su dueño,

sin más la rescataba

de la casa de empeños

y a él se la entregaba.

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Nervioso y muy contento

la frotaba con ansia,

salía rápido el genio,

su deseo adivinaba,

después fruncía el ceño,

las manos agitaba

y, ¡hop!, sus pies pequeños

crecían y se hinchaban:

¡Se cumplían sus sueños!

Los dedos, que guisantes

antaño parecían,

se hicieron semejantes

a tremendas sandías.

Y el empeine, era igual,

mirado por entero,

al trampolín de saltos

del día uno de enero.

Fue tanta la alegría

que recorrió su ser

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que mirando hacia abajo

saltó y gritó a la vez:

-¡¡Preparaos, que allá vamos:

Hoy estreno dos PIES

en Domingo de Ramos!!

Se dio una buena ducha;

después, se acicaló

y se marchó a la calle

ufano y fanfarrón,

ostentando sus lanchas

con gran afectación.

Mas se encontró, de pronto,

con una procesión.

Y con ella, la gente:

un tropel, un montón

que casi le cortaron

paso y respiración.

Y luego, de inmediato,

el primer pisotón:

era un tacón de aguja

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-una exageración-

que llevaba una chica

con traje 'christiandior'.

Le subió tal calambre,

tantísimo dolor,

que el buen Hombre, sensible,

aulló, gritó y lloró.

Así que decidió

cambiar lo planeado

y volver para casa

poniendo buen cuidado.

Pero aunque muy discreto

caminó concentrado,

pegado a las paredes,

arrimado a los lados,

protegiendo sus pies

grandes y delicados,

cuando no había llegado

ni siquiera al Mercado

si hace uno memoria,

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ya lo habían pisado:

una Vieja guerrera

buscando posiciones;

un grupito de quince o

veinte Zangalitrones;

y el Hombre Con El Traje

y con el 'sonotone'

que coordinaba el paso

de aquellas procesiones.

Lo arrolló una Señora

con un crío en un carro.

Lo pisó una Niñita

con sus botas de barro.

Y hasta un Minero Loco,

apoyado en su marro,

que pisaba y tosía

porque tenía catarro.

Y cuando ya pensaba

que de tanto dolor

no lo soportaría

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su pobre corazón,

sentándose de un salto

el Hombre despertó.

Miró bajo la manta

y comprobó, aliviado,

que en sus pequeñas plantas

nada había cambiado.

Así que más tranquilo,

ya sin preocupación,

se bajó de la cama

y al dejar el colchón

miró sus piececitos

y dulce les habló:

-Queridos pies: nos vamos

a ser lo que ya somos

en Domingo de Ramos.

Y paseó orgulloso

con su caminar fino

sintiéndose este Hombre,

todo el día, divino,

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sin un mal sobresalto,

sin ningún desatino.

Pero al volver a casa,

en mitad del camino,

encontró abandonada

-sería su destino-

la lámpara famosa:

sí, sí, la de Aladino.

Se la quedó mirando

algo serio, mohíno.

Dio unos pasos atrás

y cogiendo carrera

le pegó tal patada,

tan fuerte y tan certera,

que la mandó bien lejos

al final de la acera.

A más de treinta metros

encestó, a la primera,

en la pequeña boca

de una papelera.

Siguió así su camino

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sin girar la cabeza,

contento y orgulloso

de tamaña proeza.

A partir de aquel día

ya nada le importaba.

Si alguien se reía

del par con que calzaba,

en lugar de apocarse,

crecido proclamaba

para que todo el mundo

en torno lo escuchara:

-Fijaos, los enseño

con enorme alegría.

Porque, serán pequeños...

¡¡pero con puntería!!

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