La sentencia relata que el acusado, cuando se encontraba en las instalaciones de la empresa ubetense, aprovechando un descuido de los empleados, sustrajo un sello de la mercantil y dos pagarés en blanco, rellenándolos con posterioridad con los mencionados importes.
Asimismo, los selló y simuló la firma del representante legal de la empresa, presentándolos más tarde al cobro e ingresando su importe en una cuenta de su titularidad el día 11 de octubre de 2005, si bien sacó de forma inmediata un total de 2.000 euros.
Por ello, el Juzgado de lo Penal le ha condenado a seis meses de prisión por el delito de estafa y por el delito de falsedad a otros seis meses de cárcel. Además, tendrá que pagar una multa de un total de 540 euros.
En concepto de responsabilidad civil, indemnizará al propietario de la empresa estafada en un total de 2.000 euros.