Casi 500 tejas con nombre propio para la torre de la iglesia de San Millán

Manos a la obra. Gracias a la aportación de cerca de 500 personas (también colectivos) que adquirieron otras tantas tejas, y gracias a la disposición de un buen número de voluntarios que arriman el hombro y regalan su esfuerzo y su tiempo en forma de horas de trabajo, este fin de semana comenzaron las esperadas actuaciones de rehabilitación del tejado del torreón de la iglesia de San Millán que promueve la cofradía de la Soledad de Úbeda.

Alberto Román Vílchez

Miércoles, 11 de mayo 2016, 12:55

Divididos en turnos, muchos hermanos se concentraron en torno al templo para acondicionar la que consideran su casa, demostrando que el sentimiento de hermandad no sólo debe aflorar en el momento de procesionar por las calles a su titular. Incluso mientras los adultos preparaban la mezcla, subían los cubos llenos y los bajaban vacíos, desmontaban las tejas, reparaban la cubierta, y un largo etcétera de labores, un grupo de niños y jóvenes aportaban su granito de arena procediendo a la limpieza del patio.

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Querer es poder, esa es la máxima que se han aplicado viendo que desde otras instancias nadie iba a venir a solucionar los graves problemas del inmueble. Y cuando terminen los trabajos dentro de unas semanas, mucho tendrá que agradecerles la ciudad de Úbeda ya que San Millán es una de las iglesias más antiguas que se conservan en la ciudad, un auténtico monumento pese a su extrema sencillez. Aunque fue remodelada casi totalmente en el siglo XVI, su fundación data del siglo XIII, época de la que se conserva, precisamente, su torre campanario, objeto de las actuales obras.

Tres fines de semana, quizá cuatro

Los trabajos comenzaron el sábado una vez que se gestionó y montó todo lo referente al andamiaje necesario. Si todo va según lo previsto, la duración de las obras será de tres fines de semana completos, aunque el alquiler del andamio se ha firmado por 30 días, lo que permitirá trabajar un cuarto fin de semana si fuera necesario. Se dispone del permiso de obra correspondiente y de técnico que lleva a cabo la dirección de la ejecución material. Además, se extreman las medidas de seguridad y se garantiza la situación laboral de los voluntarios que prestan ayuda.

'Operación teja'

Para rehabilitar la cubierta de la emblemática torre-campanario se puso en marcha hace casi un año una original iniciativa apelando a la colaboración ciudadana para restaurar y garantizar la conservación de uno de los templos con más solera de la localidad. Concretamente, a través de la 'operación teja', todo aquel que lo ha deseado ha podido donar una o varias tejas que se han diseñado para la ocasión y cuyo coste ha sido de 20 euros. Con ello se han conseguido las piezas cerámicas de estilo tradicional necesarias para cubrir la torre realizadas en la alfarería de Melchor Tito, y a la vez se ha logrado dinero para todo lo que conlleva la intervención.

A cambio, quienes han colaborado han recibido como recuerdo una teja en miniatura sobre una peana de madera y con una placa conmemorativa, a modo de agradecimiento, y su nombre ha sido grabado en la teja adquirida y donada, que quedará para los años venideros en la cubierta de la iglesia. En total, hay cerca de 500 tejas donadas a título individual o por familias y colectividades.

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Mucho por hacer

El hermano mayor de la cofradía, Francisco López Marín, que además es arquitecto técnico de profesión, se mostraba este domingo satisfecho con todo lo conseguido: tanto la respuesta de los ubetenses que han adquirido las tejas como el ofrecimiento de cofrades que aportan sus conocimientos en construcción y su esfuerzo. Según dijo, es mucho lo que hay que hacer en San Millán, y una vez que se termine con la torre se irán planteando otras actuaciones como la reparación de otras cubiertas, el desmontaje de construcciones adosadas y hasta la apertura de una nueva capilla. Poco a poco, todo se andará. No es la primera vez que la Soledad interviene en el templo, pues otras muchas de sus dependencias han sido objeto de mejoras gracias a su interés por mantener el lugar en el que se venera a su titular.

Una vez instalada la enorme estructura de andamios, el sábado se desmontó la teja en su totalidad y se limpió el entablado de madera y ladrillo, reparándose los desperfectos existentes e incluso tapándose una pequeña ventana que sólo podía traer problemas futuros. Así, el domingo se empezó a aplicar una capa de mortero. A continuación se construirá el voladizo y se pondrá una lámina impermeabilizante. Y finalmente se colocarán las tejas donadas, que han sido elaboradas al estilo tradicional en la alfarería de Melchor Tito. Tejas con nombre propio que quedarán como prueba de este esfuerzo colectivo.

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