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Con el regreso del San Juanito, Úbeda tendrá el único Miguel Ángel de España

Con el regreso del San Juanito, Úbeda tendrá el único Miguel Ángel de España

En Florencia se ha confirmado con todo lujo de detalles lo que hace algo más de un mes adelantaba el profesor Francesco Caglioti: el San Juanito de Úbeda es obra de Miguel Ángel. Con tal aseveración que se considera «inapelable», y con todo lo que ello implica, la escultura de mármol de San Juan Bautista Niño, de unos 130 centímetros incluida la base, volverá a la ciudad de los cerros totalmente restaurada tras permanecer durante 18 años y medio en Italia, donde ha sido recompuesta a partir de los 17 fragmentos de tamaños diversos y no contiguos que se pudieron conservar después de su destrucción durante la Guerra Civil española cuando la Sacra Capilla de El Salvador, en cuyo altar mayor se encontraba desde el siglo XVI, se utilizó como garaje. 77 años han tenido que pasar para poder hablar de este reencuentro.

Alberto Román Vílchez

Miércoles, 11 de mayo 2016, 13:08

De esta forma, Úbeda tendrá el único Miguel Ángel existente en España (aunque haya alguna otra atribución no confirmada, como una Flagelación del Museo Arqueológico de Madrid), un aliciente más para visitar la ciudad Patrimonio de la Humanidad. No obstante, habrá que esperar un poco más pues, según ha confirmado la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, propietaria de El Salvador y del San Juanito, previamente pasará por varias ciudades de Italia a petición del gobierno de ese país que, no hay que olvidar, ha contribuido económicamente a su restauración. Mientras tanto, se preparará un proyecto museístico para la exposición de la obra en uno de los laterales del templo ubetense, pues no se colocará en el altar mayor por motivos de conservación y porque hay que tener en cuenta muchas medidas de seguridad. La fecha para el regreso a Úbeda dependerá también de los trámites administrativos y los plazos de ejecución.

Conclusiones

El riguroso estudio del profesor Caglioti, catedrático de la Universidad Federico II de Nápoles, confirma la atribución a Miguel Ángel que ya en 1930 hizo el prestigioso profesor Gómez Moreno. Las conclusiones, que se han publicado en el libro 'Arte e política' y que se presentaron en días pasados en unas jornadas internacionales celebradas en Florencia, no dejan lugar a dudas. Consultó en archivos de toda Europa buscando fotografías y datos en documentos. Las primeras le han servido para hacer un análisis del estilo de la obra, esculpida en mármol entre 1495 y 1496 para Lorenzo de Pierfrancesco de Medici, según las investigaciones realizadas. Y los segundos han venido a confirmar el envío de la obra a España por mar en el verano de 1537, vía Génova a Barcelona. Caglioti concluye igualmente que la escultura fue regalada por Cosimo de Medici al ubetense Francisco de los Cobos (secretario de Estado del emperador Carlos I), buscando el apoyo de España frente a la amenaza de Francia.

En las citadas jornadas también se explicó el complejo proceso de restauración de la escultura, acometido ahora gracias a las nuevas tecnologías puestas al servicio de la recuperación de obras artísticas. El trabajo se ha realizado en el Opificio delle Pietre Dure de Florencia, uno de los institutos de restauración más importantes del mundo y máximo especialista en piezas de mármol del Renacimiento toscano, que recibió el encargo de la Fundación Casa Ducal de Mecinaceli. Ha sido como recomponer un complejo puzzle al que le faltaban más de la mitad de las piezas, ya que apenas se había logrado conservar el 40 por ciento de la obra original tras el ataque de 1936.

Todo un reto

Eso, precisamente, suponía el principal reto y, de hecho, de los casi 19 años que la escultura ha permanecido en el citado instituto de conservación, 17 se han dedicado a fijar los criterios que debían guiar la restauración. «Decidir el método era lo difícil, y la ejecución material se ha desarrollado en un año y medio», comentó el director general de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, Juan Manuel Albendea, recién llegado de Italia, donde estuvo en las jornadas de Florencia acompañado también por Ignacio de Medina, duque de Segorbe y presidente de la fundación.

Albendea se refirió a la asunción de criterios internacionales para distinguir «lo nuevo de lo original», de manera que «se ha sido muy respetuoso con la legibilidad tanto de la obra completa como en la diferenciación de las partes». Además, resaltó que «no se había hecho nunca» un trabajo como éste, que calificó de «vanguardista» y «pionero», en el que han sido necesarias las últimas técnicas digitales para conseguir reconstrucciones en 3D a partir de los fragmentos y de las fotografías en dos dimensiones, lo que ha requerido también la participación de empresas especializadas.

En su intervención, el profesor Caglioti abordó la cuestión de la autoría planteando diversos candidatos que fue descartando hasta quedarse con Miguel Ángel, sobre el que apuntó que se había estado buscando en el San Juan Bautista Niño de El Salvador al Buonarroti «joven desde la visión del maduro», cuando en realidad no debía mirarse «desde el Cinquecento sino desde el Quattrocento» en que la esculpió. «La autoría de Miguel Ángel es inapelable», aseveró Juan Manuel Albendea, sobre el resultado de la «ponencia soberbia» y «largamente aplaudida» de Caglioti que, de forma paralela a las jornadas, ha publicado «un artículo de 82 páginas en el que demuestra que el San Juanito es el San Juan Bautista Niño perdido de Miguel Ángel».

En su conferencia, el experto italiano también se centró en el restablecimiento de la figura de Francisco de los Cobos como gran coleccionista. De hecho, según subrayó, fue el ubetense y no Carlos I quien introdujo a Tiziano en España. «Si le regalan obras como la que nos ocupa es porque los altos nobles saben de su pasión y conocimiento del arte», manifestó Albeldea sobre el favorito del emperador, de la mano del cual llegó el San Juanito a la Sacra Capilla de El Salvador en la primera mitad del siglo XVI.

Expectación en Úbeda

La noticia del regreso a Úbeda del San Juanito, totalmente restaurado 77 años después de su destrucción, ha supuesto una gran satisfacción para los ubetenses por lo que significará para la ciudad Patrimonio de la Humanidad poder presumir de albergar un Miguel Ángel, y por el valor sentimental del reencuentro con una obra que se creía perdida para siempre. Lógicamente, en la localidad poca gente queda actualmente (por no decir nadie) que guarde el recuerdo de haber presenciado el San Juanito en todo su esplendor. Así, aunque pasará algún tiempo más, en Úbeda ya se espera al San Juanito con gran expectación.

Según una de las memorias anules que edita la Fundación Casa Ducal de Medinaceli consultada por IDEAL, a principios de 1995, y con el beneplácito de las administraciones españolas tutelares del patrimonio histórico, se envió al Opificio delle Pietre Dure «un conjunto de fragmentos de una escultura de bulto redondo que representa la efigie de San Juan Bautista niño y que el profesor Gómez Moreno atribuyó, en 1930, a Miguel Ángel identificándola con la imagen perdida que de este motivo se sabe realizó a finales de 1495 para Lorenzo de Médici».

Desde la fundación se explica que durante la restauración se han recompuesto las piezas, añadiéndose los fragmentos que faltaban, y haciéndose pruebas de volumen y movimiento a partir de fotografías antiguas y mediante la realización de proyecciones láser sobre la escultura, cuyos resultados fueron volcados sobre un programa de recomposición de volúmenes en 3D.

Láser y 3D

Los trabajos de modelado de las piezas se han realizado en barro a partir de los volúmenes obtenidos del citado programa informático. Una vez terminada la pieza de arcilla, se le saca un molde en yeso con el que posteriormente se obtiene la pieza en resina, que se acopla con los originales marmóreos, tal y como explica el texto. «Gracias a esta técnica de reproducción en 3D, se han podido reconstruir los volúmenes de las piezas perdidas y comprobar que la estructura de apoyo que habían proyectado inicialmente en aluminio, no era la más adecuada para la integración de los elementos originales con los reconstruidos», añade.

Respecto a la información que ofrece el Opificio delle Pietre Dure en su web sobre la escultura, detalla que ha trabajado con el 40 por ciento del total de la escultura «dividida en 17 elementos de varios tamaños no contiguos». Habla de poca documentación gráfica, aunque relata que han sido de gran ayuda dos imágenes encontradas en los últimos años que muestran el rostro y la parte posterior. 

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