Un viaje gastronómico por las grandes travesías oceánicas en la época de las Cortes de Cádiz

Así, los comensales asistentes tuvieron la oportunidad de realizar un viaje gastronómico como el que hicieron los diputados que se trasladaron a Cádiz desde todos los rincones de la monarquía hispánica, eso sí, adaptado a la cocina vanguardista pues fue una travesía a bordo de Cantina La Estación. Sin duda, el mejor complemento gastronómico a la reciente presentación de la obra de Vicente Ruiz, un libro que descubre el papel de los navíos y fragatas de la Marina Española durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) destacando su especial contribución en el periodo de las Cortes de Cádiz y la promulgación de la Constitución de 1812.

Explicaciones en la mesa

El propio autor, que en un capítulo de su obra explica cómo llegaron los diputados a Cádiz, hizo una introducción y fue explicando durante la degustación hechos históricos y curiosidades al hilo de cada plato, desgranando los productos que se consumían en los barcos y por qué eran éstos y no otros (algunos estaban incluidos para prevenir el escorbuto), cómo se conservaban (salazones), de dónde se abastecían, con qué bebidas se acompañaban, etcétera, repasando a la vez la gastronomía de la época en tierra.

De esta forma, sobre la mesa hubo cuatro tipos distintos de galleta marinera con su guarnición (mojama y cremoso de almendra, sardina y humus de garbanzos, bacalao y vinagreta de naranja sanguina, queso e higos secos) acompañada por salazones, sopa de tropezones y sopón de pan de calabaza, capón de galera, crujiente de galleta y salpicón de caballa en piriñaca, o arroz meloso de tasajo y pavo con setas. Y de postre, tocino de cielo con granizado de grog. Todo ello maridado con su vino, especialmente elegido para el momento.

La original iniciativa surgió por la amistad del equipo de La Estación con Vicente Ruiz. Llevaban tiempo queriendo hacer algo juntos y la presentación del trabajo de éste último fue convertido en la ocasión perfecta. Funcionó muy bien, así que repetirán con otras experiencias similares.

Un tándem perfecto

Montserrat de la Torre y Antonio Cristofani forman un tándem perfecto. Tras formarse y acumular experiencia en el sector hostelero consiguieron lo que querían: «un bar distinto, con tapas diferentes, buenos vinos y cerveza bien echada». Aunque han ido mucho más allá, ofreciendo una cocina sencilla pero innovadora, con mucho de imaginación y basada en los productos de temporada y de la mejor calidad. Así, su carta está viva, cambia según lo que llega al mercado en cada época del año, aunque siempre se mantienen algunos platos estrella.

El don de gentes de Antonio, o 'Che' como le conoce la clientela, potencia todo lo que es en sí La Estación, aunque él asegura que el secreto del éxito lo tiene Montse, «la estrella de la casa», quien además fue la responsable de ir dando empujoncitos para que este aclamado restaurante sea hoy una realidad.

Lógicamente, ambos aseguran que sin el respaldo y el cariño que les ha dado la ciudad de Úbeda nada de esto hubiera sido posible. Tanto es así que hace unos meses se embarcaron en un nuevo proyecto, Gastro Lupo, tapería que también mantienen en la localidad.

Investigador

Vicente Ruiz García es licenciado en Geografía e Historia y Graduado Social Diplomado por la Universidad de Granada. En la actualidad es profesor de Geografía e Historia del Instituto de Enseñanza Secundaria Gil de Zático de Torreperogil, habiendo desarrollado su labor docente en más de una quincena de institutos de Andalucía, desde las Sierras de Segura a la Bahía de Cádiz.

Ha sido galardonado durante el último año con tres prestigiosos premios de investigación, como son el Premio Iberoamericano Cortes de Cádiz del Mar por el trabajo titulado 'El último tesoro de Nueva España'; el Premio Jesús de Haro, gracias a la obra 'Los Pontones de Cádiz y la odisea de los soldados derrotados en la batalla de Bailen (1808-1812)', de próxima publicación; y el Premio Internacional de Investigación Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias que le fue otorgado, precisamente, por la obra 'Las Naves de las Cortes (1808-1812). El último servicio de la Marina de la Ilustración'.