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Cantina La Estación trajo hasta Úbeda la mejor cata de vinos del mundo

Cantina La Estación trajo hasta Úbeda la mejor cata de vinos del mundo

Quince de los mejores vinos del mundo, diez privilegiados comensales de diferentes puntos de Europa acostumbrados a los más preciados caldos y a los más exquisitos menús, y todo el equipo de cocina y sala de Cantina La Estación de Úbeda (Jaén) a su disposición. Todo ello se pudo vivir en días pasados en el conocido restaurante ubetense, auténtico referente para los amantes de la buena mesa y que ya empieza a ser conocido también entre los entendidos del sector vitivinícola gracias a su excelente bodega.

Alberto Román Vílchez

Miércoles, 11 de mayo 2016, 12:54

Se trató de una cita única por estos cerros de Úbeda, calificada de «inigualable» e «irrepetible» por los participantes. Quince fueron los protagonistas, todos ellos franceses, vinos de Burdeos. Y llegaron a La Estación gracias a una de las mayores y más prestigiosas subastas de vino de Alemania. Hubo Château Margaux Vertical (cosechas de 1947, 1983, 1986, 1990, 1994, 1995, 1996 y 2000), considerado uno de los vinos más caros del mundo; Cheval Blanc (cosechas de 1990, 1994, 1996, 1986 y 2000), uno de los dos únicos que recibe el más alto rango en la Clasificación del Vino de Saint Emilion; y Château d'Yquem (cosechas de 1996 y 1988), vino dulce de categoría superior.

Los asistentes disfrutaron de lo lindo y no sólo por los vinos, sino también por la comida, pues la cata fue maridada con unos platos muy especiales de Montserrat de la Torre, jefa de cocina de Cantina La Estación. Hubo personas que se desplazaron expresamente desde Londres, Bonn, Niza o Bruselas para este suculento festín. De otra forma difícilmente hubieran hecho 'parada y fonda' en Úbeda. Entre ellos, el responsable de una importante distribuidora alemana de vinos, personas relacionadas con las subastas de estos caldos e incluso un entendido en alta cocina que dedica su tiempo libre a viajar para conocer todos los restaurantes que tienen varias 'estrellas Michelín'. Al ser una cita tan exclusiva y limitada, hubo muchos que se quedaron sin poder asistir una vez reservadas las diez plazas previstas, sobre todo sumilleres que habían mostrado su interés.

Con mucho cuidado

Todos los participantes se fueron muy satisfechos con la experiencia en el establecimiento ubetense y con el fin de semana vivido en Úbeda, que disfrutaron en sus mejores alojamientos. Como anfitrión y maestro de ceremonias dirigiendo la cata estuvo Antonio Cristofani 'Che', jefe de sala y sumiller de La Estación, a quien le acompañó un especialista en vinos de Burdeos. Tuvieron que tener un cuidado y mimo exhaustivo, incluso abriendo las botellas con un mínimo de doce horas de antelación para su correcta oxigenación.

Cristofani explicó que el coste real de esta cata en un restaurante sería algo incalculable ya que algunos de los vinos eran verdaderas joyas que ya no existen en el mercado, con lo que cualquier botella podía alcanzar cifras inimaginables. No en vano, estos caldos son los de mayor puntuación otorgada por el gurú de la enología Robert Parker, estadounidense considerado uno de los críticos de vino más influyentes del mundo, hasta tal punto que sus opiniones influyen en los precios e incluso en la producción.

De esta forma, junto a la fama que ya tiene su oferta gastronómica, Úbeda empieza a sonar fuerte dentro del panorama vitivinícola. De entrada, también en días pasados estuvo en Cantina La Estación la mayor distribuidora de vinos de España y el gran enólogo Jiménez-Landi pasará por allí en breve con sus vinos de Méntrida.

Un tándem perfecto

Montserrat de la Torre y Antonio Cristofani forman un tándem perfecto. Con mucha parte práctica aprendida decidieron matricularse en La Laguna para especializarse, y a partir de ahí todo fue seguir aprendiendo, incluyendo viajes por temporadas para conocer lo que se estaba 'cociendo' en otros lugares. Llegó entonces el momento de plantearse abrir un negocio propio, decantándose por Úbeda. Y como deferencia a su localidad natal, la Estación Linares-Baeza, decidieron dar a su restaurante un aire ferroviario, emulando vagones de tren.

Consiguieron lo que querían: «un bar distinto, con tapas diferentes, buenos vinos y cerveza bien echada». Aunque han ido mucho más allá, ofreciendo una cocina sencilla pero innovadora, con mucho de imaginación y basada en los productos de temporada y de la mejor calidad. Así, su carta está viva, cambia según lo que llega al mercado en cada época del año, aunque siempre se mantienen algunos platos estrella. Todo ello les ha servido para obtener un 'Sol' en la guía Repsol y la denominación de 'Bib Gourmand' en la Guía Michelín. Hace unos meses se embarcaron en un nuevo proyecto, Gastro Lupo, tapería que también mantienen en la localidad ubetenses.

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