Un pregonero «normal y corriente»

«Lo bueno de que te lo digan con tanta antelación es que tienes más tiempo para ir pensando en cómo será el pregón. Y lo malo es que tienes que estar un montón de meses mordiéndote la lengua para no contárselo a nadie», contaba recientemente a IDEAL durante una distendida charla sobre su designación. El hecho es que tuvo que guardar silencio hasta finales de julio en que el tema pasó por comisión y se hizo público.

La tradición existente en el Ayuntamiento marca que cada año le corresponda a un grupo político con representación municipal elegir a la persona encargada de dar el pistoletazo de salida a las fiestas patronales, rotándose en cada edición. En este caso le tocó al PP y la propuesta fue aprobada de forma unánime por todos los grupos. «Es un ubetense cérrimo que mantiene muy vivo el espíritu de nuestra ciudad», aseguró la concejal de Fiestas, Josefa Olmedilla, tras dar a conocer el nombre del pregonero, destacando su labor como carnavalero, cofrade, fotógrafo (firma bajo el pseudónimo 'JASA') y escritor, entre otras muchas cosas.

Soria asegura que este encargo es «todo un honor» para él, que se considera «un personaje de calle, normal y corriente, un comerciante». Y más aún viendo el currículo de otras personas que a lo largo de los años han ocupado el atril en el pórtico de la feria. Pero también reconoce que es «una responsabilidad muy grande» que hace que los nervios afloren conforme se acerca el día. Y eso que ya tiene cierta experiencia tras haber pregonado el Carnaval (junto a Luis María Jimena Zambrana) o la Semana Santa en la Casa de Úbeda en Madrid, o de haber pronunciado el Pregón del Costalero, amén de su intervención en otros actos de mayor o menor calado y seriedad.

La feria le persigue

El pregonero recuerda que a lo largo de su vida ha mantenido una estrecha relación con la feria. Por ejemplo, vivía en la calle Comendador Messía cuando las fiestas se desarrollaban en el entorno, y unos años más tarde, cuando se mudó a la calle Baeza, la feria no tardó en trasladarse también a los alrededores de su nuevo domicilio. «Me persigue», asegura, «y además mis tres hijos casi han nacido en feria».

Al respecto, no olvidará aquella noche en la que le tocaba turno tras la barra de la caseta de la Oración del Huerto, en la que colabora desde sus inicios (cuando él era de la junta directiva), y apareció su suegra cerca de la una de la madrugada diciéndole que su esposa, Aurora, estaba de parto. Subió corriendo al hospital, todo fue muy bien, y como ella tuvo que pasar después unas horas de recuperación, a las tres de la madrugada ya estaba Juan Antonio de nuevo en la caseta celebrando su paternidad junto a los compañeros de hermandad hasta que un par de horas más tarde regresó al hospital.

Asegura que él ha sido siempre bastante feriero pero que, lógicamente, cada edad tiene una feria diferente. Recuerda con añoranza la de su niñez y juventud, y como la más divertida «la de recién casado», cuando incluso llegó a dar un cursillo intensivo de sevillanas con Pilar Alises en Safa «simplemente porque estaba harto de ser palmero». También rememora con ilusión los años acompañando a sus hijos cuando eran pequeños.

Y ahora vive la feria «que vive cualquier persona de cincuenta y tantos años», una feria a la que no va a diario pero a la que no falta porque le gusta y «porque es un buen sitio donde estar con tu gente». «Procuro ver los fuegos artificiales, alguna actuación en la caseta y en el teatro, algo en el cultural del Hospital de Santiago y, si puedo, algo de toros», afirma, y en el recinto ferial no falta a su cita con la caseta de su cofradía en la que sigue arrimando el hombro «aunque solo sea un día».

De todo ello, en mayor o menor medida, hablará en su pregón, del que poco quiere avanzar porque espera que sea una sorpresa. «Reflejará lo que es la vida, con su yin y con su yang, con una parte nostálgica y otra más festiva, como las dos caretas que representan el teatro», cuenta, añadiendo que su intención es sorprender «tanto al que piense que se va a reír como al que crea que será algo serio». Porque «aunque de la feria está todo dicho, hay tantos pregones posibles y distintos como personas».

El acto será el próximo viernes 26 de septiembre, en el auditorio del Hospital de Santiago, a partir de las nueve de la noche. Juan Antonio será el pregonero número 31 de la feria ubetense. Lo presentarán dos de su hijos, Miguel Ángel y Ana Aurora, y el tercero, Juan Antonio, colaborará en una parte del acto.

¿Pero qué mensaje se ha propuesto trasladar a sus paisanos al inicio de las fiestas? Lo tiene claro: «hay que animarse e ir a la feria, porque en los tiempos de crisis que corren es la mejor medicina que se puede recetar. No es una solución pero sí un remedio pasajero. Así que todo el mundo a disfrutar porque la feria ofrece posibilidades para todos».

Apuntes biográficos

Juan Antonio Soria Arias realiza sus estudios pasando por la escuela popular de 'Marialao', SAFA y Maestría Industrial. Es corresponsable de la publicación 'Recuerdos de Carnaval' (1994) y del anuario 'Pregonero de Carnaval' (desde 1995 hasta 2013). Y es el autor del exitoso libro 'Linajes Populares. Apodos y Motes Ubetenses' (2001) que tuvo una segunda parte con 'Más sobre los Apodos y Motes Ubetenses'. Dos completísimos estudios sobre la tradición de los apodos en la localidad. Al respecto, en su ascendencia aparecen los motes de 'Zapata' por línea paterna y 'Telaraña' y 'El Casero' por parte materna.

Asimismo, su labor en la protección del ubetensismo está marcada igualmente por su pertenencia al grupo Caballeros Veinticuatro, colectivo independiente en defensa del patrimonio monumental ubetense que tiene su raíz en 1998 y sigue vigente. Y destaca su participación activa dentro del Carnaval formando parte del Cuarteto Primero.

Es un apasionado de la fotografía en todas sus vertientes, desde que en 1974 adquiriera con sus primeros ahorros una Werlisa Color. Se ha atrevido con la fotografía de carácter social, urbana, de tipismos y hasta se ha aventurado con el retrato y el reportaje. Es coleccionista también de fotos antiguas, lo que denomina 'estampas rancias ubetenses'. Catalogado como autodidacta, ha participado en concursos fotográficos, obteniendo diversos reconocimientos materializados en primeros premios y otros, junto a un cartel oficial de la Semana Santa ubetense. Además ha escrito un completo estudio sobre la historia de la fotografía en la localidad titulado 'Testigos de la historia. Retratistas y fotógrafos de Úbeda'.

Próximo trabajo

A modo de segunda parte o complemento de este último, actualmente trabaja en el libro que se titulará 'Testigos de la Semana Santa: los fotógrafos' que espera ver publicado para la próxima Cuaresma. Para este trabajo ha recuperado y actualizado mucho material fotográfico que se le quedó fuera en el anterior, haciendo un recorrido por los profesionales y aficionados que han plasmado en sus instantáneas la Semana de Pasión ubetense desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.