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Caballeros del siglo XXI

Caballeros del siglo XXI

Han transcurrido más de nueve siglos desde que en el año 1099 d.C. Godofredo de Bouillón, en la Primera Cruzada para liberar del Islam los Santos Lugares, conquistara la ciudad de Jerusalén a los musulmanes constituyendo el reino de Jerusalén. Llamado 'Protector de Jerusalén', ya que no quería coronarse rey donde se coronó a Jesús con espinas, fue Godofredo quién fundó la Orden de Caballeros Sepulcristas. Constituían una guardia noble, que velaba y custodiaba con sus armas noche y día el Santo Sepulcro vacío de Jesucristo, defendiendo las murallas de la ciudad de Jerusalén, protegiendo a sus habitantes y acompañando a sus reyes en las batallas.

idealdigital

Miércoles, 11 de mayo 2016, 12:53

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Novecientos años después, la Orden de Caballería, Ecuestre, Militar y Pontificia del Santo Sepulcro de Jerusalén, la más antigua de las órdenes de caballería, se ha mantenido pese a los avatares de la historia, y así continúa en la actualidad, activa y viva. Sus miembros y lugartenencias extendidas por todo el orbe trabajan a favor de la presencia y los intereses de los cristianos en Tierra Santa, territorios que ocupan hoy el estado de Israel, Palestina, Jordania y Chipre.

Víctor Villar-Aragón pertenece al grupo de jóvenes Caballeros de la Orden. Es natural de la ciudad Patrimonio de la Humanidad de Úbeda, fisioterapeuta de profesión, comprometido e implicado en labores sociales, culturales y asistenciales, entre ellas el programa social de sus clínicas #ponunfisioentuvida y Gala Jaén Solidaria de la que es co-fundador y miembro de su comité organizador.

-¿Cómo llega tu nombramiento como Caballero del Santo Sepulcro de Jerusalén?

-Mi peregrinación a Tierra Santa fue decisiva. La Orden es una orden nobiliaria en la que se ingresa por méritos personales y profesionales, se busca la excelencia del candidato, junto con pruebas de nobleza de sangre, salvo excepciones como la mía, en la que el Estado Vaticano, tras un largo proceso de selección, el Soberano Pontífice como Jefe Supremo de la Orden y Jefe del Estado Vaticano, en 'fons honorum', concede la nobleza personal supliendo así las posibles diferencias, equiparando a todos los hermanos de hábito. Las lugartenencias españolas de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Capítulos Nobles de Castilla y León, y de Aragón, con entre otros dirigentes, los reyes Fernando el Católico, Felipe II o Alfonso XIII que fueron protectores y grandes bailíos de la Orden en España, por su fidelidad a la Santa Sede desde sus comienzos hasta nuestros días, han sido favorecidas con honores y privilegios como el otorgamiento a sus miembros de los títulos de Conde Palatino y el de Canónigo de Honor de la Real Colegiata de Calatayud. En la actualidad Felipe VI de España ostenta, vinculado a la corona española, el título de rey de Jerusalén.

-¿Y dices que tu estancia en Tierra Santa marcó un antes y un después?

-Sí. Durante mi estancia en Tierra Santa pude comprobar con mis propios ojos el día a día de la población y tuve la oportunidad de pasar una noche en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde se halla el Gólgota, lugar de la crucifixión, y el Edículo, donde se encuentra la estrecha cámara funeraria del sepulcro de Jesús. Ocho horas, con la única puerta de entrada y salida al templo cerrada por fuera. Tan solo unos días antes, en el lago Tiberiades, los aviones caza sobrevolaban nuestras cabezas y su ruido ensordecedor hacía vibrar nuestro interior con las miradas puestas en los Altos del Golán. Ahora, era el silencio el que me invadía, en vigilia, delante de la losa donde un día yació y resucitó el Salvador, tal y como velaban mis antecesores hace cerca de mil años. Al pasar mis manos por las cruces de las cinco llagas, que los Caballeros Cruzados del Santo Sepulcro esculpían en los antiquísimos muros interiores del santuario, era testigo del tiempo y del compromiso que un día adquirieron. Vínculo, con el centro de la fe de la cristiandad, que nació en mi esa noche y que oficialmente se selló con la ceremonia de mi cruzamiento e investidura este año, en la Catedral de la ciudad de Jerez de la Frontera el pasado día 26 de Septiembre, ante mis hermanos de hábito, el Gran Prior y el Lugarteniente del Capítulo Noble de Castilla y León, su eminencia reverendísima Carlos Cardenal Amigo y su excelencia el Teniente General Duque de San Pedro de Galatino, Juan García y Martínez.

-¿Cuántos Caballeros sois? ¿Hay otros de la provincia de Jaén?

-Somos 20.000 miembros repartidos por todo el mundo, abogando por los intereses, sostenimiento y desarrollo de la presencia cristiana en la cuna del cristianismo. En la actualidad, yo soy el sexto de los seis Caballeros existentes con origen en la provincia de Jaén, hermanos de hábito: mi padrino en la Orden Ilmo. Sr. Caballero Comendador Gran Oficial José Carlos Sanjuán y Monforte, Exmo. Sr. Caballero Comendador José Raúl Calderón y Peragón, Ilmo. Sr. Caballero Juan Carlos Magaña y Olivares, Ilmo. Sr. Caballero Daniel Berzosa y López, e Ilmo. Sr. Caballero Jesús Alberto Calderón y Peragón.

-¿Cuál es el cometido de los Caballeros y Damas Sepulcristas?

-La misión de los integrantes de la Orden es vivir el camino espiritual con el que se han comprometido, reforzar sus lazos fraternales, dar testimonio personal, apoyo moral y apoyo mediante sus aportaciones, del desarrollo y sostenimiento de las actividades y estructuras asistenciales, culturales y sociales de Tierra Santa. La Orden mantiene el Patriarcado Latino de Jerusalén. Contribuye a asegurar la existencia de las comunidades cristianas, extendiendo su actividad caritativa a todos los que la necesitan, independientemente de su credo y de la religión que profesan.

-¿En qué acciones se concreta todo eso?

-Iniciativas de asistencia y desarrollo de ayuda a los jóvenes, ancianos, discapacitados y marginados; la contribución al desarrollo social por la educación, la defensa de la libertad de culto, la programación del ecumenismo, la defensa de las minorías étnicas y la búsqueda de la justicia y de la paz en estos territorios de Oriente Próximo. Esta asistencia comprende también la financiación para la construcción, la restauración, el acabado, y el mantenimiento de iglesias y santuarios, de instituciones educativas, de centros de formación, de residencias para los sacerdotes y religiosos, de centros para la infancia, colegios, instituciones para los ancianos e inválidos, y establecimientos médicos y sociales. Y de proyectos y programas de desarrollo social bajo la forma de ayudas a la vivienda, de bolsas de estudio, de pequeños prestamos a las empresas para su puesta en marcha y otros tipos de asistencia social. En circunstancias normales se han cubierto todos los costes de gestión de las estructuras del Patriarcado y de sus instituciones. Durante los últimos decenios se han edificado cuatro jardines de infancia, tres grandes escuelas, una primaria y secundaria de 950 alumnos en René, cerca de Nazaret, en Israel, una segunda con 1043 alumnos en Fuheis, Jordania, y la tercera en Kerak-al Wasieh, en el sur de Jordania. Un Orfanato en Belén, una casa para chicos en Betania, un centro de acogida para chicas, dos centros de acogida, uno en Haifa y otro en Ain Karem, Israel, para niños discapacitados graves (judíos, musulmanes y cristianos), una residencia de ancianos para cincuenta personas indigentes en Abu Dis, Jerusalén, tres organizaciones de comidas a domicilio que proporcionan tanto en comidas calientes como asistencia personal a necesitados y ancianos de la ciudad vieja de Jerusalén y de Beit Hanina. Actualmente y gracias a la generosidad de los miembros de la Orden y a las iniciativas promovidas por algunas Lugartenencias para recoger fondos destinados a dichas ayudas, ha sido posible ofrecer apoyo a las familias en dificultad y poder garantizar la asistencia sanitaria (pago de tratamientos médicos, terapias, operaciones quirúrgicas y medicamentos), así como cubrir gastos de agua y luz de las familias más indigentes.

-¿En qué situación se encuentra actualmente Tierra Santa?

-Puede que nos encontremos ante la mayor persecución de cristianos de la historia, la situación en Oriente Próximo es terrorífica, independientemente de la religión que se profese, existe una violación de los derechos humanos y un atentado a lo más preciado desde los tiempos en el hombre: la libertad. El cristiano en Tierra Santa no se identifica con Israel ni con Palestina, vive en un eterno conflicto en medio de judíos y musulmanes. La situación y sus circunstancias son dramáticas, añadiendo al vacío y acoso continuo de las comunidades árabe e israelí, el cerco del terror en la frontera con Siria del Califato Islámico y los yihadistas del ISIS presentes también en la franja de Gaza. El cristiano emigra de Tierra Santa buscando un futuro mejor para sus hijos.

-¿Cómo es el Caballero del siglo XXI?

-Según la premisa de los Estatutos de esta Orden, la Caballería se define: «como autodisciplina, generosidad y valentía. Quien no tuviera la firme voluntad de desarrollar y profundizar estos comportamientos en su vida, jamás puede convertirse en sepulcrista. El celo por la renuncia en medio de esta sociedad de la abundancia, el compromiso generoso a favor de los más débiles y la falta de protección, la lucha valiente por la justicia y la paz, son las características de la Orden del Santo Sepulcro». Si bien pasaron los tiempos del Caballero de brillante armadura que acudía con su espada a defender el Santo Sepulcro, éste sigue estando allí en Jerusalén y tan amenazado como antaño. Actualmente somos Caballeros pacíficos, aunque debemos añadir que el coraje y la perseverancia, requeridos para poder cumplir con nuestra misión en estos tiempos de proteger el legado cristiano en Tierra Santa, no son menores que los necesitados antaño. Los Caballeros Sepulcristas hemos cambiado la fuerza de las armas por la solidaridad fraternal y se combate ahora mediante el testimonio personal, recordando y dando a conocer con nuestro empeño las trágicas circunstancias por las que atraviesan hoy en día los Santos Lugares y los cristianos que habitan allí, así como promoviendo y financiando iniciativas de asistencia y desarrollo en la zona.

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