

Secciones
Servicios
Destacamos
Alberto Román
Sábado, 29 de abril 2017, 10:23
La pareja de Úbeda que en plena noche sufrió un robo en su casa de la calle Minas, difícilmente podrá olvidar la traumática experiencia vivida en la madrugada del pasado lunes. Casi sin darse cuenta, tras saltar de la cama medio desnudos, asustados por una serie de ruidos, se toparon en su propio salón con tres encapuchados que, armados con cuchillos y una escopeta recortada, les gritaron y les agredieron, amenazando con matarles si no hacían lo que les pedían. Y lo que querían lo tenían muy claro: que abrieran la caja fuerte que estaba oculta y empotrada en una pared.
Finalmente se salieron con la suya y se llevaron una buena cantidad de dinero junto a algunas joyas. Un botín valorado en unos 80.000 euros, según los propietarios. Y además, para huir se hicieron con el vehículo que la familia tenía aparcado en la cochera y en el que aguardó un cuarto encapuchado que sólo se asomó al salón cuando consideró que sus compañeros tardaban demasiado, poniendo mucho cuidado en hablar lo mínimo posible y en que las víctimas no le vieran ni los ojos.
Quienes sufrieron este robo han hablado con IDEAL pero han pedido que no se desvelen sus nombres. Tienen miedo. Sospechan que les conocían y que sabían demasiado de la casa y de su distribución. Si no directamente los asaltantes, al menos alguien que les dio la información. Así, dicen tener claro que se trata de personas de Úbeda, también por otros muchos detalles, como el hecho de que el coche sustraído apareciera horas más tarde en el camino del cementerio donde, al parecer, no lo dejaron inmediatamente. Según los propietarios, se tomaron su tiempo. Y recorrieron con él 5 kilómetros.
Los asaltantes accedieron al portal de la casa forzando uno de los barrotes de una ventana que da a la calle. De ahí entraron a la cochera, donde uno de ellos se quedó preparando el vehículo para la huída. Y los otros tres subieron a la vivienda, en la primera planta. Al intentar dar la luz de la escalera, sin querer llamaron al timbre, lo cual alertó definitivamente a la pareja que estaba en la cama y que ya había escuchado algún ruido extraño.
Reventaron la puerta
A partir de ahí, según su relato, todo fue muy rápido. De una patada reventaron y abrieron la puerta. Entraron por el pasillo al salón, contiguo al dormitorio, donde ya se habían levantado los propietarios. Iban casi desnudos. A él lo tiraron al suelo golpeándole con la culata de la recortada y a ella la agarraron del pelo y la empujaron a la cama. Y mientras a él le amenazaban con matarle si no abría la caja fuerte, incluso haciéndole una herida en la cara, a ella la amedrentaban deslizándole la punta del cuchillo por el cuerpo y realizándole tocamientos. Por este motivo también se contempla el delito de agresión sexual e incluso el de secuestro por el tiempo que estuvieron retenidos contra su voluntad.
«Tengo más de cuarenta delitos y me da igual matarte», llegó a decirle uno de los agresores al hombre, que acabó abriendo la caja fuerte. En unos quince minutos, que para esta pareja se hicieron eternos, los encapuchados, que además de pasamontañas también llevaban guantes de lana, se habían marchado en el coche de la familia. Aunque antes de irse uno de ellos recordó que debían llevarse los teléfonos móviles para que no pudieran llamar inmediatamente a la policía.
Las víctimas destacan que los autores de los hechos se centraran directamente en el dinero de la caja y en diversas joyas, algunas de las cuales, curiosamente las que no eran de oro, dejaron después en el vehículo cuando lo abandonaron en el camino del cementerio. No depararon en otros objetos de valor como una tablet, un ordenador portátil e incluso otras joyas, pues no se pararon a registrar la casa.
Sabían bien dónde robaban
El hombre, que fue militar del ejército y ahora está en régimen de clases pasivas, también subraya que los intrusos le preguntaran por su arma, la cual depositó en su día. Otro detalle que deja de manifiesto que «sabían bien dónde y a quién estaban robando».
Y tampoco miraron en otras habitaciones por si había alguien más en la casa que pudiera causarles problemas. Con ello, afortunadamente, no despertaron a una tercera persona que allí dormía, una niña de tres años, ahorrándole así el mal trago de vivir esta situación.
Desde lo ocurrido, la mujer asegura que le cuesta trabajo comer y dormir y que no puede estar sola en la casa, donde cada vez que entra y ve la puerta rota revive la escena una y otra vez. Ambos esperan que la policía dé con los asaltantes, pues creen que son de la ciudad y que el cerco se puede cerrar bastante. De momento no les han comunicado que haya novedades al respecto, ante lo cual dicen sentirse impotentes y asustados.
La policía investiga el caso como un hecho aislado pues, en principio, no considera que se trate de una banda especializada en este tipo de robos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.