Una patrulla tuvo que interceptar un coche para detener una persecución

La historia empezó de madrugada, cuando los servicios médicos fueron requeridos en el entorno de un bar de copas del polígono industrial para atender a una persona que, al parecer, sufría una intoxicación etílica. El personal sanitario realizó su función y comprobó entonces que la situación estaba un tanto descontrolada en el lugar y que, en muchos casos, no se cumplía con las medidas de seguridad dictadas para evitar contagios por coronavirus, por lo que se alertó a las fuerzas de seguridad.

Personadas varias patrullas, procedieron a identificar a algunas personas, interviniendo igualmente ante casos de conducción negligente. Fue en ese momento cuando se dio el alto a un vehículo, pero su conductor y único ocupante, en lugar de parar, se dio a la fuga a toda velocidad. Según testigos presenciales, casi atropella a dos agentes.

Se inició entonces una persecución por las calles del polígono industrial que continuó por otros lugares como la circunvalación o la avenida de Cristóbal Cantero. En los alrededores de la rotonda de Cuatro Caminos un ciclista estuvo a punto de ser arrollado por el primer turismo, que siguió la marcha por distintas vías y, junto a la calle Virgen del Pilar, llegó a estamparse frontalmente contra uno de los pequeños muros de hormigón que sirven para delimitar y proteger el arranque de los pasos de peatones.

Pero, lejos de parar, y pese a tener la parte delantera totalmente dañada, prosiguió su huida marcha atrás y a gran velocidad, poniendo en riesgo a otros conductores. Afortunadamente a esas horas no había peatones en un lugar que en otros momentos del día es tan transitado y utilizado para el paseo.

Fue entonces cuando una patrulla de la Policía Local que le perseguía decidió interceptarle, utilizando para ello el propio vehículo policial, entendiendo que era la única manera de pararle y evitar peligros a otras personas. Los agentes lograron así sacarle del vehículo y detenerle, aunque el individuo se mostró violento y opuso gran resistencia. Tiene 26 años y se le imputan varios delitos, uno contra la seguridad en el tráfico y otro de resistencia a la autoridad. Además se negó a someterse a las pruebas para dilucidar si conducía bajo los efectos de alcohol y drogas.