Piden la Medalla de Oro de Úbeda para el médico del hospital fallecido por coronavirus
La solicitud en internet, dirigida al Ayuntamiento, ha logrado cerca de 3.500 adhesiones y firmas en solo dos días
Alberto Román
Úbeda
Sábado, 2 de mayo 2020
Una iniciativa que se mueve en internet y que ha logrado cerca de 3.500 adhesiones en solo dos días, solicita que se le conceda la Medalla de Oro de Úbeda, a título póstumo, al doctor Pedro Marín Esquirol, el médico de Urgencias de 47 años que falleció el pasado miércoles en la UCI del Hospital San Juan de la Cruz de la localidad, donde trabajaba, tras más de un mes de lucha contra la Covid-19. Dio positivo al principio de la pandemia y ha sido el primer profesional sanitario del centro hospitalario ubetense que pierde la vida a causa del coronavirus (el segundo en provincia de Jaén aunque el primer médico, pues el otro era enfermero).
La petición, dirigida al Ayuntamiento de Úbeda, se encuentra en la plataforma change.org, donde existe un enlace para firmar (http://chng.it/PkVN2m6D48) que está circulando por redes sociales pidiendo la firma de todo el que lo desee. Una iniciativa, además, creada por otro profesional sanitario, el ubetense Juan Toral Sánchez, también médico de Urgencias y actualmente en Las Palmas de Gran Canaria.
Tal y como destaca Toral en su petición, «Pedro Marín era uno de los 39.987 sanitarios a día de hoy contagiados en España por el coronavirus». Y aunque era de origen venezolano y solo llevaba unos años en Úbeda, le califica como «uno de los nuestros, un ubetense más que ha terminado dando su vida por cuidar a su gente». En su opinión, «un ubetense de adopción que bien merece ser reconocido con la Medalla de Oro de la ciudad de Úbeda».
De los primeros
El de Pedro Marín fue uno de los primeros casos detectados entre el personal del hospital ubetense al principio de esta pandemia. Tras más de un mes aguantando, primero sin intubar en planta y pocos días después en la UCI dependiendo de un respirador, el pasado miércoles 29 de abril se quedó sin fuerzas. No sufría patologías previas que hicieran pensar en este fatal desenlace. Pero el virus pudo con él y se llevó sus proyectos, sus sueños y sus posibilidades de hacerle frente a través de sus pacientes.
Este médico vino junto a su familia desde Venezuela para buscar mejores oportunidades, pero con las ilusiones intactas de poder ayudar a los demás. Antes de recalar en Úbeda estuvo una temporada en Madrid, a la espera de tramitar la homologación de sus títulos y los de su esposa para poder ejercer ambos en España como facultativos. En ese periodo, él incluso trabajó en otros sectores, como el de la hostelería. Hasta que, con la documentación en regla, la pareja fue contratada en el hospital ubetense hace varios años, fijando la residencia familiar en la localidad.
La frase de uno de sus compañeros resume lo que todos en el hospital pensaban de él: «además de buen profesional era buena gente, cariñoso, agradable, muy educado… nunca le vi alterarse, ni un mal gesto, ni una mala contestación pese a estar trabajando bajo la presión de Urgencias».
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