Poesía que habla de las pequeñas grandes cosas

La sala Julio Corzo del centro cultural Hospital de Santiago acogió en días pasados la presentación del libro 'Poemas y versos' (editorial Círculo Rojo), del que es autora la ubetense Ana María Reyes Lorente. Un poemario en el que reúne los versos que durante mucho tiempo ha ido escribiendo, fruto de su sensibilidad y deseo de expresar su particular forma de percibir el mundo a través de la belleza y el sentimiento estético que da la palabra. El acto, que contó con la colaboración del Ayuntamiento ubetense y la Asociación Cultural Entreversos, corrió a cargo de Kharmela de la Torre, quien destacó la habilidad de la autora para hilar palabras, sensaciones y sentimientos. Además, en la sala se pudieron escuchar algunos de los poemas contenidos en la obra.

Ana María Reyes es una enfermera jubilada a la que le gusta escribir poesía. 'Poemas y versos' consta de dos partes. En ambas canta al amor, la vida, la belleza, la condición humana, la amistad, los recuerdos, la pérdida, la contemplación de una nueva vida y, en definitiva, a las pequeñas cosas (como cantara Serrat) que suelen ser las más importantes. La primera parte del libro está inspirada en autores clásicos, a los que recurre e incluso cita, pues fueron ellos los que le hicieron descubrir y desarrollar su pasión por el género. Respecto a la segunda, 'Fuego y Universo', de creación libre, es donde deja fluir todo cuanto surge de analizar el mundo que la rodea.

Ana María Reyes Lorente nació el 20 de enero de 1955 en Úbeda. De profesión enfermera (Diplomada en Enfermería por la Universidad de Jaén), ejerció su labor en el Hospital San Juan de la Cruz de la localidad y en diversos centros de salud de toda la provincia. Actualmente está jubilada. De pensamiento inquieto, esta polifacética ubetense, amante de la literatura y la poesía, comenzó su aventura con los románticos, como Gustavo Adolfo Bécquer o Espronceda, y otros poetas singulares del siglo XX, como Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez. Inspirada en ellos compuso sus primeros poemas y ya no pudo parar. Es también una apasionada de la naturaleza, el mar y la pintura (una de sus obras sirve de imagen para la cubierta del poemario).