Alberto Román
Úbeda
Martes, 2 de marzo 2021, 21:17
Para celebrar su 60 cumpleaños, el artista ubetense Ramón Garrido inauguró el que es su último proyecto. No se trata de una nueva exposición ni de una nueva obra, aunque también es ambas cosas pero en un concepto mucho más amplio. Se trata de una casa museo en la que es posible ver, sentir y recorrer toda una vida de inquietud creativa.
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'60 años de búsquedas y encuentros' es el nombre bajo el que presenta esta colección museográfica con forma de espacio cultural, ubicada en el número 13 de la calle Valencia de Úbeda. Una vía popular, con mucho sabor y tradicionalmente alfarera, que a partir de ahora cuenta con un nuevo atractivo añadido para el populoso barrio de San Millán. Aporta además algo diferente, pues resulta un proyecto innovador donde artista, obra y espectador se unen dentro de un mismo espacio que fusiona la arquitectura tradicional con el arte contemporáneo, fomentado el diálogo y las relaciones personales.
Ramón Garrido se refiere a esta casa museo como un nuevo espacio cultural, estable y permanente, «que desde la sociedad se crea y abre a la población de forma gratuita, para poder compartir con todo aquel que lo desee un poco de tiempo, conversando, dialogando, reflexionando… en definitiva, comunicándonos, aportando todo lo bueno que el ser humano lleva dentro de su interior».
Es una casa, sí, antigua, humilde y con sus distintas estancias, que aún conserva la esencia de lo que fue gracias al trabajo que Ramón Garrido, en su calidad de arquitecto, ha realizado para su recuperación. Y también es un museo, porque permite recorrer la obra del artista, siguiendo la línea argumental de sus 60 años de existencia. Ambas cosas, casa y museo, bajo el mismo techo y entre los mismos muros, las abre a toda la sociedad sin tapujos, en este espacio íntimo y personal, estable y fijo, «abierto a cualquier hora y en cualquier momento». Para visitarlo solo hay que ponerse en contacto con el artista (652913739) y establecer una visita personal, privada y directa.
«Llamar no altera los planes del artista, ya que lo que deseo es dedicar mi tiempo a convivir, conversar con los demás, sean de donde sean, del nivel cultural que sean, de la clase social que sean, porque el arte es libre y la libertad es el don máximo del ser humano», afirma.
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Con el título '60 años de búsquedas y encuentros', Ramón Garrido no engaña, pues sintetiza toda su vida. Durante la visita se pueden ver elementos de su niñez, de sus obras de juventud y de proyectos más existenciales realizados hasta la fecha, en los que siempre hay una intención, un mensaje, que pretende provocar una reacción en el espectador pero también supone un ejercicio de reflexión por parte del autor. En el caso más reciente hacía una llamada sobre la asfixia que sufre el planeta a causa de los plásticos.
Es una fusión entre la arquitectura vernácula y el arte contemporáneo que invita a la reflexión existencial a través de la evolución creativa de su obra. Y con este compendio retrospectivo, que en su conjunto también es una obra en sí misma, pretende poner un punto y aparte en su vida artística. «Considero que ya no deseo buscar más, y mi espíritu pide poder compartir con los demás los 60 años de lucha incansable y continuada», explica.
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Ahora su intención es pasar de la acción a la contemplación y disfrutar viviéndolo y compartiéndolo con los demás. «Como todo lo que hago, es por amor al arte, y esta es mi última obra; una obra que puede entrarse en ella, recorrerla y vivirla. He tardado 60 años en acabarla, pero ahí está, concentrando, recogiendo y abriendo a todos mis 60 años de vida», añade.
Para Ramón Garrido este tiempo de pandemia le ha supuesto momentos de trabajo y de reflexión que le han servido para dar forma a esta colección museística, pues considera que los tiempos de crisis son también tiempos de oportunidades.
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El espectador, de forma individual, privada y personal, puede penetrar y contemplar esta obra, recorriendo libremente todo el espacio sin ningún tipo de condicionante ni direccionalismo impuesto. «La obra se centra en lo sencillo y simple que es vivir cuando transformamos nuestro afán consumista y nuestras ansias de ser, de tener y de poder, en contemplar el gozo de sentir dentro el amor en libertad. Es el arte de vivir, que se consigue solo mirando de nuevo nuestro alrededor con unos ojos renovados, con un sentido e intención diferente», explica el artista, quien invita a no intentar entender ni comprender las obras, sino a sentirlas, vivirlas y disfrutarlas.
En su mayoría están realizadas con objetos y materiales reutilizados, no reciclados, que hablan del valor de la materia y de aquello que ya no es útil, que ya no sirve y la sociedad lo margina y lo desprecia. De esta forma, establece una vinculación y una relación directa de esos objetos con el ser humano que no es productivo a la sociedad, que está marginado o ignorado.
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