Alberto Román
Úbeda
Viernes, 26 de febrero 2021, 21:34
«El pueblo de Úbeda en recuerdo a las víctimas de la Covid-19 y en agradecimiento al personal sanitario, fuerzas y cuerpos de seguridad, científicos, protección civil y voluntariado no gubernamental, servicios públicos municipales esenciales, agricultores, empleados de tiendas, supermercados, transportistas… y en especial a nuestros niños y mayores». Esta es la leyenda que ha quedado escrita para siempre en la parte trasera del monumento que la ciudad ha dedicado a quienes están sufriendo de lleno el coronavirus, la pandemia que desde hace un año marca el ritmo de nuestras vidas. Primero, a los que se están quedando en el camino. Y después, a los que con su esfuerzo vienen intentando desde el primer momento que todo funcione y salga lo mejor posible, por el bien de sus conciudadanos.
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En este reconocimiento y agradecimiento especial de toda la ciudad en forma de monumento conmemorativo, se deja de manifiesto que la unión hace la fuerza y que solo con la implicación de todos podremos seguir adelante. Una idea, la de juntar las manos y arrimar el hombro, que ya quedó patente en el propio proceso de elaboración de la obra, pues fue realizada conjuntamente por talleres de la Asociación de Artesanos de Úbeda. La intención es que no se olvide a los que ya todos conocemos como los esenciales y tampoco a las víctimas que la Covid-19 se viene cobrando día tras día mientras el mundo entero trabaja para encontrar una solución.
La obra ha sido colocada en la avenida de Linares, en la zona de parque y paseo existente entre la residencia de mayores y el centro comercial. Un buen emplazamiento al tratarse de un punto muy transitado, un acceso a la ciudad y, además, un tramo que hay que recorrer para ir al hospital San Juan de la Cruz, donde se mira cara a cara la realidad de esta pandemia.
La inauguración oficial tuvo lugar este viernes, en el marco de las actividades programadas en las vísperas del Día de Andalucía. Fue en el transcurso de un pequeño acto institucional desarrollado allí mismo, al aire libre y con las pertinentes medidas de seguridad, al que asistieron autoridades, personas implicadas en la elaboración de la obra y representantes de los colectivos a los que se hace un guiño a modo de ánimo y agradecimiento.
Intervinieron la alcaldesa, Antonia Olivares, y el presidente de la Asociación de Artesanos, Pablo Tito, quienes se encargaron además de retirar la gran bandera de Andalucía que cubría el monumento, ayudados por el concejal de Comercio y Artesanías, José Luis Madueño.
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La iniciativa de este monumento surgió en el seno de la Asociación de Artesanos de Úbeda durante el confinamiento del pasado año. En concreto, Pepe Garrido 'Tiznajo' propuso a sus compañeros unir sus conocimientos y disciplinas artesanales para crear una obra colectiva con el objetivo de recordar en el futuro todas las circunstancias que están rodeando esta pandemia, intentando transmitir un mensaje de esperanza. La idea gustó y pronto se preparó un primer boceto en el que todos se pusieron a trabajar, aportando formas e ideas, pero también manos y materia prima.
Lógicamente, no todos los materiales artesanos que se trabajan en Úbeda y que están representados en la asociación son aptos para una creación pensada para estar a la intemperie, por lo que se implicó a cinco alfarerías para hacer una serie de placas cerámicas formando el mosaico de base, un taller de forja centrado en crear el soporte y una gran figura de hierro, y una joyería encargada de recortar con láser el texto a mostrar.
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La propuesta se trasladó al Ayuntamiento, desde donde se entendió que merecía la pena trabajar en un proyecto así. Asumiendo la propuesta e implicándose de lleno, comenzó a avanzar en lo necesario para su ubicación en un espacio público, coordinando todo el proceso de elaboración. Otro ejemplo más de unión en esta gran obra coral.
El monumento incluye además las huellas de las manos de personas que pertenecen a los colectivos considerados esenciales, profesionales o voluntarios que precisamente vienen aportando eso, sus manos, para hacer frente a esta pandemia. Se les llamó para que fuesen a las alfarerías e imprimiesen la palma de una mano sobre placas de barro fresco, intentando que no siempre fueran responsables de sus respectivos servicios, sino personal raso que está al pie del cañón, haciendo que todo funcione lo mejor posible. Estas huellas son anónimas, aunque sí indican los colectivos a los que representan. Son un total de 28.
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Hay, por ejemplo, representantes de los sanitarios, farmacéuticos, cuerpos de seguridad, dependientes de comercio de barrio y de supermercado, bomberos, científicos, personal de mantenimiento, informáticos, servicios sociales, residencias, colectivos humanitarios y un largo etcétera. También está la huella de una niña en representación de todos los menores que son símbolo de futuro y esperanza. E incluso entre estos esenciales aparece un operario del cementerio, lo que resulta una clara señal de que esta pandemia se está cobrando un precio muy elevado.
La elaboración de este monumento comenzó el pasado verano, reuniendo a los artesanos de la asociación ubetense en un mismo lugar para trabajar codo con codo, guardando las medidas de seguridad indicadas en aquel momento. En cada encuentro se respiró un gran ambiente de ilusión, camaradería y compañerismo para afrontar un reconocimiento considerado mas que justo. El presidente del colectivo destacó que juntar a siete talleres para un fin común fue una auténtica gozada.
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Después vinieron muchos más días de labor conjunta hasta que todo fue cobrando forma. Primero se realizaron las más de doscientas piezas de cerámica que forman el mosaico de fondo, las cuales se repartieron entre las cinco alfarerías para ir cociéndolas con distintas texturas y colores. Luego se realizó la estructura y la figura de hierro. Y finalmente se labraron las letras que forman el texto.
El monumento mezcla la tradición de los materiales artesanales con un estilo vanguardista y contemporáneo. «Es un homenaje a los fallecidos pero también tiene el verde de Úbeda, de Andalucía y, sobre todo, de la esperanza», dijo Tito, añadiendo que las huellas de las manos sobre el barro «simbolizan la tierra, las raíces y la pureza», representando además a tantas personas que vienen haciendo frente al coronavirus desde sus distintos sectores y funciones. Y el hierro representa la fuerza, con una figura que mira y tiende la mano al cielo. Todo ello está coronado por una llamativa versión del escudo de Úbeda, en hierro y barro, como símbolo de la ciudad y de la unidad.
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El alfarero también explicó que el monumento está pensado para ser tocado, palpado de cerca, sintiendo sus texturas y relieves. Lógicamente, podrá ser así cuando no haya riesgo de contagio, cuando todo esto acabe y la obra cumpla su verdadera función: recordar.
El logotipo de la Asociación de Artesanos y un «GRACIAS» en letras mayúsculas cierra la leyenda impresa de la parte trasera junto con una cita del ubetense universal Antonio Muñoz Molina: «cuanto más larga es la ausencia más duradera es la extrañeza de volver».
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