Redescubriendo a Piazzolla en la voz de Martirio y en las manos de Chano Domínguez

Chano Domínguez, uno de los grandes representantes del género jazz-flamenco en España, estuvo el pasado viernes en el concierto 'Eterno Astor' junto al bandoneonista y director del espectáculo Fabián Carbone y su grupo. Y anoche fue el turno de Martirio, una de las cantantes más respetadas a nivel nacional, quien regresó a la ciudad de los cerros para poner la guinda a la cita 'El encuentro', dirigida por el bandoneonista Daniel Binelli junto a su formación habitual.

Respecto al primer concierto, prometía mucho y cubrió sobradamente las expectativas. El propio Chano Domínguez reconoció ante el numeroso público asistente que conocía la obra de Piazzolla y que hace mucho tiempo interpretó algo de su repertorio, pero que nunca se había sumergido tanto en él. Así, dijo que la velada era todo un reto aunque, de entrada, le había supuesto un disfrute enorme durante los ensayos. Ese ambiente también se transmitió desde el escenario.

Durante el recital, con momentos realmente sublimes, Fabián Carbone también contó con la cantante Mariel Martínez y un quinteto de cuerda con intérpretes solistas de la Orquesta Sinfónica del Teatro Real: Laurentiu Grigorescu (violín), Agnese Petrosemolo (violín), Oleg Krilnikov (viola), Andrés Ruiz (violonchelo) y José Luis Ferreyra (contrabajo).

Fue un concierto único, expresamente realizado para el festival, en el que se interpretaron las 'Cuatro estaciones porteñas' de Piazzolla. «Estamos hablando de uno de los mejores compositores de música popular de todos los tiempos. Toca música popular porque el tango es música que viene de la calle, del sentimiento de la gente, de un lugar, pero la ha llevado al nivel más alto y más culto posible», aseveró Domínguez, cuyo reto fue enfrentarse a música totalmente escrita tras toda una trayectoria como músico improvisador.

Y Martirio, anoche, además de acompañar a Daniel Binelli, estuvo respaldada por el guitarrista Raúl Rodríguez (productor habitual de la artista) y, completando el grupo del bandoneonista, la pianista Polly Ferman, la violinista Jenny Guerra y la contrabajista Inés Rojas, quienes estuvieron a la altura de este tributo a Piazzolla. Un puente musical unió dos continentes, dejando de manifiesto la universalidad de la obra del maestro argentino.

En sus apariciones, la intérprete demostró que el tango forma parte de su universo musical, por todo lo que comparte con la copla, el jazz y el flamenco, y por ser un estilo tan teatral. No en vano, en algunos de sus discos Martirio ha registrado algunos tangos, marcados al compás de soleá, por bulerías o desde otros palos en los que el género entra con absoluta naturalidad el género. Aunque hasta ahora no se había atrevido con versionar a Piazzolla. Otro reto superado con su particular maestría que todos los que pisaron el escenario disfrutaron.

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