José Luis Villacañas durante su pregón. ROMÁN

Reflexiones y recuerdos, a partes iguales, en el pregón de José Luis Villacañas

Evocó una feria que no pudo vivir, la del año que se marchó de la ciudad, y que aún considera en deuda

Alberto Román

Úbeda

Martes, 26 de septiembre 2023, 11:48

El auditorio del Hospital de Santiago acogió el pregón de la Feria de San Miguel 2023, que este año fue pronunciado por el ubetense José Luis Villacañas Berlanga, prestigioso profesor, filósofo político, historiador de la filosofía e historiador de las ideas políticas, de los conceptos y de las mentalidades en español, quien actualmente es catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense​ de Madrid y director de la Biblioteca Saavedra Fajardo de Pensamiento Político Hispánico.

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Ante diferentes autoridades, miembros de la corporación, representantes del tejido asociativo, familiares y amigos, de su presentación se encargó un buen amigo, Pepe Fuentes, quien dio buena cuenta de los logros profesionales del pregonero y destacó su compromiso, con las ideas y con las personas, aprendido de su entorno más cercano, al cual aludió buscando lazos comunes entre ambos.

Villacañas Berlanga ocupó el atril sabiéndose un caso raro o, al menos inusual: el de un filósofo afrontando el género del pregón. Y, además, el pregón de algo tan popular y festivo como es una feria. Una responsabilidad que le llegó a propuesta de Sumando con Úbeda (cada año un partido de la corporación propone al pregonero), formación a la que apoyó con su presencia en las pasadas municipales.

Su discurso fue el del filósofo que marchó de Úbeda hace más de cinco décadas justo antes de que comenzara la feria de aquel año, la cual echó de menos en tierras valencianas con la maleta casi sin deshacer. Así, habló de Úbeda pero como quien la vive desde la distancia, echando mano de numerosos recuerdos, de personas, de lugares y de acontecimientos.

Contó de esta manera que se fue de su ciudad natal con 16 años (en 1971), cuando «se aceptaba marchar como algo natural». Acabó recalando en Burjassot, municipio valenciano en el que, como en Úbeda, también se celebra la festividad de San Miguel Arcángel. Allí estudió durante 6 años. «A veces pensaba estar en una ciudad gemela», comentó. Todo ello en el contexto de una España que cambiaba, que se preparaba a afrontar una transición en la que los auténticos héroes «fueron nuestros padres, que nos dieron esperanza y no odio», aseveró entre aplausos.

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Su concepto de Úbeda lo resumió en cuatro escenas. Una relacionada con la educación, la que él recibió, la que igualaba a personas diferentes y la que hizo posible una transformación social tan necesaria en aquellos tiempos. Pidió así que se cuiden «como oro en paño» los lugares donde se sigue educando por este camino, despertando pasiones, como le ocurrió a él porque conoció a «gente apasionante». Y es que, «solo con pasión se hacen cosas importantes», dijo.

Otra escena, por ejemplo, la relacionó con la cultura y la tradición como punto de encuentro, de tolerancia y de diversidad. Una más la centro en la familia, evocando la suya propia, también en feria, unos días que permiten «una sobria administración de la alegría», un lugar «de reencuentro, de reponer los afectos». Precisamente a las fiestas patronales dedicó sus últimas palabras, definiéndola como «un alto en el rodar del tiempo y un momento en que la ciudad recupera su alegría comunal».

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Volvió así al principio de su pregón para reclamar la feria de aquel año 1971 que no pudo vivir. «Os convoco a que administréis esa alegría con pasión y con medida, y a que os acordéis de los que nos fuimos. Y por eso, si os tomáis unos pinchos morunos en la cafetería Alaska, si brindáis con un chato de vino en la caseta del tío de la bota, si montáis en el látigo o si viajáis en la noria, si os entretenéis con una berenjena de vinagre o si os acercáis a la tómbola que siempre toca, decidle de mi parte a todos ellos que algún día me tienen que pagar la feria que me deben», finalizó.

El pregonero

José Luis Villacañas Berlanga (Úbeda, 1955) es catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Durante más de una década ha dirigido el departamento que hoy se llama de Filosofía y Sociedad. Su obra tiene tres grandes ejes. Primero, la historia intelectual hispana, que despliega en la serie 'Inteligencia hispana, ideas en el tiempo', de la que se han editado ya cinco volúmenes. Segundo, la historia imperial de occidente, que ha abordado en dos obras, 'Teología política imperial y comunidad de salvación cristiana' (2016), dedicada a la crisis del imperio romano, e 'Imperio, reforma y modernidad', en tres volúmenes dedicados a las figuras de Lutero, Carlos V y Calvino y su participación en la crisis moderna (2018, 2019 y en prensa).

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El tercer eje es la evolución de la filosofía alemana, desde Kant a Blumenberg, pasando por el idealismo alemán, el irracionalismo, Max Weber y el periodo de Weimar, con múltiples publicaciones en este campo. En la actualidad trabaja en el tercer momento imperial, el decisivo para explicar el presente, la irrupción del II Reich alemán y las reacciones filosóficas al mismo, desde Nietzsche, Max Weber y Freud.

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