Sara Ráez mostró en San Lorenzo su lado más intimista

Tras un año complicado, jalonado de cambios de planes, aplazamientos y búsqueda de nuevos caminos por los que dar rienda suelta a todo lo que tiene que contar y cantar, Sara Ráez volvió a casa por Navidad para reencontrarse con su gente y presentar sus canciones tal y como llegaron a su mente, a sus manos y a su voz.

Actuó en la iglesia de San Lorenzo, con aforo reducido y todas las medidas de seguridad, pero sin enchufes, sin focos, sin micrófono ni amplificador. Solo su mirada para iluminar la sala. Solo su garganta para inundar hasta el último centímetro cúbico. Solo una guitarra entre ella y el público.

Resulta curioso cómo la falta de artificios puede llegar a ser todo un espectáculo. Porque la artista ubetense, así en crudo, se crece y penetra por cada poro. Dadas las circunstancias y las ganas que había de verla y escucharla por estos cerros, tuvo que añadir un segundo pase, completando en ambos las localidades disponibles.

De una forma intimista, dio un repaso a las canciones de 'Si el mundo mira', el que es su último trabajo discográfico, dando además alguna pincelada de lo que vendrá en breve. Y rebuscó un poquito por los cajones para rescatar temas anteriores, revolviendo a la vez a todos por dentro gracias a que consigue poner música y letra a emociones propias que son universales.

Tras un año complicado, qué bien sienta saber que hay gente tan dispuesta y preparada para hacer de este mundo un lugar más bonito.