Sastres, arcabuceros y bellas voces dan colorido a las Fiestas del Renacimiento de Úbeda

Úbeda se ha sumergio durante estos días en su pasado, con la celebración de la XVI edición de sus Fiestas Renacentistas, una programación que permite disfrutar de la ciudad Patrimonio de la Humanidad de una manera única, y que es posible gracias a la implicación de organizadores y promotores, pero también por el empuje de la ciudadanía, que se vuelca de manera especial en mil y un detalles.

Las Fiestas del Renacimiento, sin duda, no serían tan singulares si desde meses atrás no se implicaran los vecinos de la ciudad en mil y un detalles. Ejemplo de ello son los talleres de corte y confección de vestimentas renacentistas que desde hace cuatro años se desarrollan en la localidad. Desde hace meses decenas de ubetenses han dedicado horas y cariño a esta actividad, y se han sumado así a los vecinos que años anteriores participaron en esta actividad. Esto contribuye a que cada año haya más personas que viven estas fiestas ataviadas con ropajes típicos de la época, contribuyendo así a la vistosidad y originalidad de la celebración. Los talleres estaban abiertos a todas aquellas personas que quisieran aportar sus conocimientos en confección y ayudar a otras a elaborar el traje o vestido inspirado en la época, así como el material que servirá para decorar los edificios y las calles de la ciudad para estas fiestas. Organizados por el Ayuntamiento, estos talleres pretenden precisamente eso, que la ciudadanía participe activamente en las Fiestas del Renacimiento, ambientando y engalanando la ciudad. Más de un centenar de ropajes han salido de estos talleres, al igual que casi un centenar de adornos para decorar las calles y escenarios en los que se vive la fiesta (banderolas, colgaduras o telas aéreas).

Y si importante es la labor de estos vecinos que se convierten en improvisados sastres renacentistas, no lo es menos la del Grupo de Arcabuceros, que aporta detalles únicos en estas fiestas y sin la que tampoco se entenderían muchas de las originales propuestas que se pueden disfrutar estos días. Este grupo de singulares 'figurantes' tienen su argumentación histórica. En Úbeda existieron unos soldados que en el año 1536 decidieron ingresar como voluntarios en el Tercio Viejo de Sicilia, el cual se formó en Andalucía y cuyo objetivo era proteger las posiciones españolas de posibles ataques enemigos en Italia. Estos arcabuceros, llamados así por el arcabuz, arma de fuego que utilizaban, se marcharon cuando la ciudad aún mantenía la traza y los modos medievales. Veinte años más tarde, en 1556, decidieron regresar tras haber pasado por Túnez o el Piamonte, y se encontraron una Úbeda diferente, en plena ebullición, que se adentraba en el Renacimiento, su época de mayor esplendor, y en la que empezaban a levantarse sus grandes edificios, como la Sacra Capilla del Salvador o el Hospital de Santiago, entre otros. Casi 500 años después, este Cuerpo de Arcabuceros, formado por ubetenses amantes de la historia, ha 'renacido' para protagonizar momentos muy emocionantes.

Y si seguimos hablando de ciudadanos comprometidos con estas Fiestas, no podemos olvidar a la Agrupación Coral Ubetense, protagonista del Concierto de Música Renacentista, junto al grupo Syntagma Musicum. Además, este es un año muy especial para el grupo coral, pues acaba de cumplir su 40 aniversario. La Agrupación Coral Ubetense es un coro mixto polifónico nacido hacia la segunda mitad de la década de los setenta y que quedó legalmente constituido en octubre de 1979, bajo la dirección de Ramón Ramos Carrero. Numerosos galardones adornan las vitrinas de su sede como testimonio de su notable participación en tantos otros certámenes y encuentros de música coral por toda la geografía nacional. La coral está permanentemente presente en el panorama musical y cultural de la ciudad y provincia, colaborando siempre con otros coros y orquestas de todo el territorio nacional, sin perder en ningún caso su propia identidad. Participa igualmente en la oferta cultural que el Ayuntamiento de Úbeda y, en general, instituciones públicas y privadas, impulsan en su tierra y fuera de ella. En la actualidad la forman unas treinta personas entre mujeres y hombres que hacen de la música polifónica su esparcimiento y placer. Su repertorio es muy diverso. Abarca desde los clásicos de Cancionero de Palacio y Cancionero de Upsala, pasando por la música religiosa, misas, motetes, villancicos clásicos y populares, espirituales negros, hasta llegar a la música profana y cantos populares de todo el mundo, atreviéndose con cualquier propuesta que se le ponga por delante.