La soledad y las raíces convertidas en danza por Inma Murciano y Celia Espadas
El Festival Flamencos y Mestizos contó anoche con la genuina voz del incombustible Capullo de Jerez
Alberto Román
Úbeda
Domingo, 23 de mayo 2021, 10:48
La danza fue protagonista absoluta de la velada vivida el viernes dentro del Festival Flamencos y Mestizos 'Ciudad de Úbeda'. Una noche disfrutada además con ... especial cariño y orgullo por el numeroso público asistente ya que sobre el escenario se pudo ver el resultado del trabajo realizado en los últimos meses por dos ubetenses, en el papel de bailarinas y coreógrafas. Se trató de Inma Murciano y Celia Espadas, quienes pusieron todo su talento al servicio de las emociones.
El auditorio del Hospital de Santiago se estremeció primero y estalló en aplausos después ante las propuestas de estas dos artistas, tan diferentes en estilo pero tan iguales a la hora de hacer del movimiento su vocabulario, su palabra. Comenzó el espectáculo con Celia Espadas y su coreografía 'Cuerpo y memoria', un continuo viaje interior al origen mientras se lucha por seguir creciendo, avanzando. En constante movimiento, incluso en los atronadores silencios, tan tenidos en cuenta actualmente en la danza contemporánea, deslizó sus pies y sus manos, y todo su cuerpo, por sonidos de hoy en los que siempre irrumpían reminiscencias del pasado. El público pudo así contemplar un trocito de ella misma, de su danza, de su vida y sus raíces, en esta creación que dedicó a su abuelo, el recordado Antonio Espadas, recientemente fallecido. Tan ausente y tan presente.
Respecto a la segunda parte, Inma Murciano presentó 'Solas', un canto (y un llanto) a la soledad, interior y exterior, obligada y voluntaria, convertida en baile, como si los giros y pasos abiertos ayudaran a desprenderse de la soledad impuesta mientras que los pliegues y recogimientos en el suelo sirvieran para refugiarse en la soledad elegida. Escenificó así una sensación tan vigente en estos días, a base de mostrarse a sí misma, básica, esencial, pero con una coreografía plagada de matices procedentes de distintos estilos. Bailó hasta con la mirada en viaje interior desde la negación a la aceptación de uno mismo. Un viaje para el que, paradójicamente, no estuvo sola sobre el escenario. El cante lo puso Belén Vega, Alberto Garrido tocó las percusiones y en un emocionante y esperanzador final sonó el piano de Matías Cordero.
Cante
Tras este derroche de talento, Flamencos y Mestizos continuó anoche, pero esta vez con cante. Nada más y nada menos que el de Capullo de Jerez, genuino cantaor de voz antigua y enraizada en los modos de su tierra, que sigue incombustible haciendo lo que más le gusta, algo que agradecen sus seguidores. A sus 67 años, Miguel Flores está grabando un nuevo vídeo, tiene ya una treinta de conciertos y actuaciones en cartera para este verano y, por supuesto, no piensa en retirarse. Bulerías, tangos, martinetes y fandangos propusieron un recorrido sonoro para oídos bien curtidos, tanto como su garganta. A este hidalgo de quejío en astillero y voz antigua no le faltó un magnífico escudero a la guitarra, el gran Jerito Carrasco, que regresó a Úbeda tras su reciente visita acompañando a La Macanita y Remedios Amaya.
Poesía y flamenco
Previamente, el jueves, el festival contempló una conferencia de Nuria Barrios sobre 'Miguel Hernández en el flamenco'. La escritora analizó las muchas veces que los poemas del de Orihuela han acabado convertidos en cantes, por voces muy dispares. Y algunos ejemplos se pudieron escuchar en directo gracias a la intervención del guitarrista ubetense José Romero 'El Torro' y la cantaora linarense Belén Vega. Lógicamente no faltó el inmortal 'Aceituneros'. Todo ello concentrado en un marco excepcional y poco visto, como fueron los jardines del convento de San Juan de la Cruz.
Hoy
Este tercer fin de semana de Flamencos y Mestizos, ciclo que dirige el músico y productor ubetense Paco Ortega, finalizará hoy domingo con el 'Potaje flamenco' de Maui, en el complejo Ermita Madre de Dios, incluyendo espectáculo y comida. La polifacética artista de Utrera, que ya estuvo por estos cerros en una anterior edición del festival demostrando que es única en su género, cocinará la receta de potaje de su madre mientras canta y cuenta sus cosas con su peculiar y divertida forma de ver la vida. Y después dará a probar el resultado a los presentes a modo de aperitivo antes de la comida. Tendrá además una invitada especial, la cantaora Ángeles Toledano. Así que la cosa promete.
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