Variadas propuestas en el cierre del Festival de Clown y Circo

Comenzó esta segunda mitad de la programación el viernes con la compañía gallega Muu y su divertida propuesta 'Crunch!', la loca historia de dos superhéroes muy de andar por casa y de dudosa efectividad que, entre acrobacias, malabares y todo tipo de gags, debieron cumplir una misión, consistente en neutralizar una bomba. Lógicamente, nada salió según lo previsto. Aunque Spunk y Scrunch, tras los que se esconden Daniel Blanco y Óscar Páez, sí consiguieron que el público lo pasara estupendamente parodiando los tópicos de los cómics de superhéroes.

Respecto al sábado, hubo un hueco para los títeres con 'Simplemente Clara' de la compañía Minusmal, caracterizada por un lenguaje visual y sin palabras para dar forma a espectáculos detallistas y cuidados con los que lleva su universo particular a escena. Sin explicar nada pero diciendo mucho, narró la historia de Clara, una payasita a la que le encantan sus zapatos rojos y sueña con patinar, que mantiene una complicidad especial con su titiritero, Rai, único a la hora de darle vida. Hubo dos funciones.

Posteriormente fue el turno de 'Nudo' de la compañía vasca Rojo Telón, tres mujeres (Begoña Peñaranda, Ana Cuervas y María Salmerón) dispuestas a desatar nudos a través del humor, la interpretación y técnicas circenses (aéreas y de suelo), buscando que el público se desmelenara y viviera una experiencia casi 'celestial'.

Y la última sesión de la jornada la puso la compañía Animasur y su particular forma de entender el teatro de calle condensada en 'Buenas noches Europa', una visión sobre la realidad de las migraciones y lo que conllevan de abandonar todo lo conocido para aventurarse en lo desconocido. Sobrecogió la desesperación transmitida por sus protagonistas (Marciej Jercy, José A. Pascual, Raquel Martos, Sergio Rey, Paco Pascual y Ángela Amaya), quienes en un segundo pasaron de la alegría total al miedo absoluto tras caerles encima la guerra como un auténtico cubo de agua fría. Un montaje crudo, como las vidas que apagan las fronteras.

El 'Cucha de Primavera' llegó a su fin el domingo con 'Circurity' a cargo de la compañía De Ácana, una sesión de circo-teatro, acrobacias y rueda cyr. Se centró en las desventuras de Aquilino (Álvaro Pérez), el atolondrado guardia de seguridad del Circo Rity, quien por un golpe (literal) de suerte se vio obligado a sustituir al maltrecho protagonista del espectáculo, demostrando finalmente que había nacido para ser una estrella de la pista. Una función accidental perpetrada por el artista más insospechado y, a la vez, un hilarante viaje emocional donde se planteó la importancia de lo que uno verdaderamente es frente a lo que los demás quieren que seas. El circo fue finalmente la brújula que guió a Aquilino hacía su nueva vida.

El Festival de Clown y Circo, organizado por el Ayuntamiento con la colaboración de la Asociación de Amigos del Circo de Úbeda y Pacolmo Teatro, echó de esta manera el telón para su versión de primavera, dejando atrás los aplausos, las risas e incluso alguna lágrima. Con la satisfacción del trabajo bien hecho, sus responsables ya piensan en la edición de otoño.