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Alberto Román
Úbeda
Jueves, 22 de octubre 2020, 19:22
Historias narradas en primera persona, emociones y música con colaboraciones especiales se darán la mano en el regreso de Zahara a la televisión, de nuevo en #0 de Movistar+, presentando el programa 'Una historia, una canción'. Un nuevo formato que se emitirá a finales de este año o inicios del próximo y del que, en principio, se han previsto cuatro entregas que ya han sido grabadas, para mostrar cómo canciones e historias personales suelen ir unidas.
Todo el material ya está reunido y ahora toca pasarlo por la sala de edición y montaje. El trabajo terminó el miércoles pasado en Úbeda, ciudad natal de la artista a la que se dedicará la última entrega. Tres intensas jornadas de grabación, tras una minuciosa preparación previa, sirvieron para recabar todas las imágenes y conversaciones previstas en distintos puntos de la localidad y sus alrededores. Previamente se hizo lo mismo en otros tres puntos de la geografía nacional.
La dinámica del programa promete. Zahara se dedica a cambiar canciones por historias. De esta forma, va racogiendo testimonios en torno al tema central de cada capítulo y cada localización, y en cada entrevista o conversación regala a su interlocutor una canción relacionada de alguna manera con lo narrado. Suelen ser versiones a las que aporta su personalidad, tal y como nos tiene acostumbrados, interpretadas solo con una guitarra o incluso a capela, que sirven para generar momentos únicos con sus invitados, rebosantes de complicidad, que muy pronto serán compartidos con los telespectadores.
El objetivo es dar otro punto de vista a los temas planteados en cada episodio y presentarlos a base de vivencias particulares. Entre ellos se encuentran los desastres ecológicos y el cambio climático, la España vaciada o el amor a la tierra y las raíces. Este último es el que se desarrolla en Úbeda, localidad muy vinculada a la tierra en diferentes vertientes, no solo a través de la agricultura y el olivar.
La música está presente durante todo el programa. Y como colofón, cada capítulo incluye igualmente una actuación en directo de Zahara junto a algún compañero de profesión. El primer programa se grabó en el municipio de Nigrán (Pontevedra), donde terminó con un concierto del artista coruñés Xoel López en el que también participó Iván Ferreiro, ilustre vecino de Vigo, y la propia Zahara.
Después estuvo en Los Alcázares (Murcia), contando con la colaboración del grupo Viva Suecia, y en Cuevas de Cañart (Teruel), donde tuvo al cantautor Guitarricadelafuente. Y finalmente en Úbeda, tras grabar conversaciones en el Museo de Alfarería Paco Tito, en un olivar, en una huerta familiar o en el Palacio del Marqués de la Rambla donde se encontró con Carmen Linares, el concierto se celebró en la tarde del miércoles en la iglesia de San Lorenzo. Allí, ante unos sesenta invitados, Zahara actuó con Martí Perarnau para tocar por primera vez en directo las canciones de Juno, su nuevo proyecto conjunto. Una pasada, tanto el lugar como las canciones.
Un salvavidas
«Para mí este programa ha sido un salvavidas tras el episodio pandémico terrible, que a nivel profesional supuso un parón absoluto y mucha tristeza», manifestó Zahara a IDEAL durante una pausa en la grabación para tomar un café. Y es que, 'Una historia, una canción' le ha supuesto volver a salir, a viajar, a trabajar con un equipo y a tocar en directo. Lo más parecido a la normalidad, ni vieja, ni nueva, simplemente normalidad. «Volver a cantar, aunque con público reducido, ha sido completamente sanador», añadió.
Reconoció que el tema de las entrevistas era más nuevo para ella, pero dijo creer que ha salido airosa al llevárselas al terreno de la conversación, la charla amigable, adoptando el papel de escuchante de historias, «algunas realmente conmovedoras». Y agradeció lo fácil que se lo ha puesto todo el equipo del programa, que la ha dejado hacer y ha estado «muy a favor de como soy yo». Confesó así que le daba mucha pena acabar de momento el proyecto y que tras la última entrevista no pudo evitar que le entrara «la llorera».
Aunque las cuatro localizaciones elegidas han sido especiales, del capítulo grabado en Úbeda dijo que había sido increíble, pues además de encontrarse con gente maravillosa se había reencontrado con parte de sus propias raíces. Y no olvidó citar el «regalazo» de una «charla preciosa» con Carmen Linares para hablar de música, de la vida o de los olivares. «Que una persona a la que admiras se arranque de pronto a cantar, a solo dos metros de distancia, es emocionante», remarcó.
La visita a Úbeda también fue especial porque supuso la primera actuación en directo de Juno, el proyecto paralelo que ha iniciado con Martí Perarnau y que la alerta sanitaria dejó en 'standby', al menos en lo que a conciertos se refiere. Ambos llevan tiempo tocando juntos porque él forma parte de la banda de la ubetense, amén de otras estrechas colaboraciones como la composición de 'Hoy la bestia cena en casa'. Y tras entender que unidos tenían una forma muy definida de hacer las cosas, que el resultado adquiría un carácter propio y que habían encontrado un camino aparte por el sendero de la música electrónica, decidieron que tenían que darle una entidad independiente.
Así nació Juno, que ha salido al padre y a la madre a partes iguales. Porque a veces tiene los ojos de Zahara pero la mirada de Martí, o la boca es la de Martí pero canta como Zahara o, según el momento, piensa como uno pero las maneras son del otro. Y es que todo vive y crece gracias a un único corazón, cuyo latido electrónico va pausando o acelerando el ritmo de cada tema entre sonidos de teclados y sintetizador.
Desarrollar un proyecto creativo conjunto habla mucho de la generosidad de sus responsables, y no solo por lo que uno aporta en beneficio del otro, sino también por lo que cada cual debe renunciar a veces en beneficio del trabajo común. En este caso resulta difícil saber dónde termina Zahara y empieza Martí y viceversa. «Lo bonito es que todo lo hacemos al 50%, nos despojamos del ego, creamos un ente que no existe y hacemos canciones para él, aportando cada uno lo mejor de sí mismo», comentó Perarnau sumándose a la conversación con IDEAL.
Juno es ese ente, muy ambicioso en lo sonoro, lo que obliga a sus dos creadores a emplearse a fondo en los directos, accionando teclas y cuerdas, pero también botones y pedales. «En directo es como si estuviéramos pluriempleados, utilizando ambas manos y ambos pies», contó Martí en los momentos previos a este esperado estreno frente al público.
El resultado fue fantástico y gustó a quienes pudieron disfrutar en San Lorenzo de este exclusivo recital, que pronto se podrá disfrutar también en televisión. Tanto que, por momentos, las cámaras parecieron desaparecer y los aplausos televisivos se convirtieron en aplausos de concierto.
Quien quiera descubrirlo y no pueda esperar a la emisión del programa, Juno ya da sus primeros pasos y tiene a la vista algunas fechas de directos, con permiso de la autoridad (sanitaria) y si el tiempo (de pandemia) no lo impide. Por ejemplo, el 28 de noviembre en el Teatro Infanta Leonor de Jaén.
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